viernes, 24 de agosto de 2012

El protagonista de El último bailarín de Mao en Peralada con el Barcelona Ballet




Chi Cao, bailarín principal del Birmingham Ballet, actuó el pasado 18 de agosto en el Festival de Peralada (Girona), como invitado del Barcelona Ballet. El auditorio del precioso jardín del Castell de Peralada disfrutó de la actuación del bailarín chino con el marco de una 
deliciosa noche de verano.




Lola Ramírez

Unas horas antes, tras la clase previa al ensayo, Chi Cao nos recibió a Carolina Masjuán y a mí en su camerino y nos contó sin reservas, su experiencia en la películaEl último bailarín de Mao, habló de sus sueños, sus aspiraciones y, como no, del placer que le proporcionaba la posibilidad de bailar con el Barcelona Ballet y dirigido por Ángel Corella.
Expresivo, vital y muy receptivo, este bailarín de 34 años, edad que no aparenta, se muestra humilde y deseoso de disfrutar de todo aquello que la danza le ofrece sin darle la espalda a otras oportunidades vitales.  
A pesar de que teníamos el handicap de hablar idiomas diferentes, la entrevista se desarrolló con muy buen feeling, como si los tres habláramos el mismo idioma, prueba inequívoca de que cuando uno desea comunicarse no hay barreras idiomáticas.
Comencé diciéndole con toda sinceridad a Chi Cao que me había encantado su interpretación de  El último bailarín de Mao "Li Cunxin te ha hecho muy famoso en nuestro país. ¿Cómo fue la experiencia de ponerse en la piel del célebre bailarín?", le dije. Después de darme las gracias por mi sincero cumplido, el bailarín explicó cómo le habían contratado para ese papel. "Contactaron directamente conmigo porque el director de la película tenía relación con mi padre y conocía toda mi trayectoria. Pensó que yo podría hacerlo y me mandaron el guión. De hecho yo ya conocía la historia de Li Cunxín y me gustó mucho como la habían tratado. Actué un poco, me vieron y les gusté.

¿Tenías alguna experiencia anterior como actor?
No. No tenía ninguna experiencia. Cuando supe que tenía que actuar me fui a Beijing otra vez, estuve allí un par de semanas introduciéndome en el ambiente y después estuve tomando clases para actuar. La verdad es que estaba un poco asustado porque había consagrados artistas de Hollywood actuando en la película, pero en realidad me lo hicieron todo muy fácil. Había un ambiente muy agradable, me acogieron de forma muy cariñosa, nos relajábamos tocando la guitarra y cantando. Me sentí muy bien.

¿Qué te parece la historia que relata la película?
Yo ya conocía la historia porque en la escuela me la enseñaron y por eso estábamos familiarizados con la vida de Li Cunxin. Hay quien puede pensar que fue una víctima, otros pueden pensar que fue un valiente, pero bueno, mi caso ha sido distinto, yo no tuve ningún problema y pude realizar mi carrera fuera.

¿Y tú que opinas?
Yo creo que el caso de Li Cunxin es distinto. Él no desertó, él se enamoró, se casó y pidió permiso para quedarse y cuando lo retuvieron en la embajada china estaba realmente muy asustado porque no sabía que iba a pasar; si en el caso de que no pudiese quedarse, le permitirían volver a su casa o cual sería su destino, pero lo cierto es que él no desertó, se casó y pidió permiso para bailar en Estados Unidos, esas fueron sus circunstancias. La gente no es consciente de que Cunxin solo tenía 20 años, si hubiera tenido treinta y pico entonces sería más maduro y tomaría sus decisiones. Pero con 20 años las circunstancias te atrapan y tú actúas como puedes.

Durante el ensayo con su partenaire del Birmingham Ballet, Nao Sakuma (Foto: L.R.)

La escuela de danza de Beijing (Pekín) que muestra la película tenía un sistema de educación muy rígido y duro. Tú estudiaste en esa misma escuela, ¿Era así de severa la educación?
No, ya no es lo mismo. Ha cambiado todo mucho. En China el ballet es un arte que tiene mucho glamour, es muy apreciado, no como aquí que normalmente no se le considera así. Allí, una vez que estás en la escuela tú no pagas nada, es el gobierno quien lo paga todo. Hay mucha gente que quiere entrar en la escuela, pero si te admiten, entras y eres realmente bueno y el gobierno te envía a hacer un concurso, tienes la obligación de ir, como tienes la obligación de trabajar duro. Mucha gente entra y no es consciente de lo que le exige esta profesión, y acaban por irse. Si entran 30 o 40 al final terminan 5 o 6 de cada promoción.

¿Cómo fue su trayectoria de China a Londres?
Normalmente la escuela está en relación con otras y se hacen intercambios entre bailarines con un cierto talento. A mí me seleccionaron para el Royal y se hizo un intercambio.

¿Fue muy notable el cambio?
Mucho. Ahora llevo ya más de la mitad de la vida en Londres y me siento un poco europeo. Mi hogar está más aquí que allá.  Pero entonces el cambio fue grande, era totalmente distinto. En China se trabaja casi únicamente la técnica, hay una gran exigencia en cuanto a perfeccionarte en ese sentido y no cesan de presionarte. En cambio en el Royal había más libertad, los profesores te exigían, claro, pero tú eras libre de hacerlo o no, era tu problema, no el suyo. Yo estuve allí en una época dorada, coincidí con Sylvie Guillem, Darcey Bussell, Viviana Durante, … también vino Ángel a actuar … lo que más me impactó y que significó una gran diferencia fue la importancia que se daba a la interpretación. Me gustó muchísimo la posibilidad de expresar e interpretar en esos grandes ballets. El Royal con su repertorio tan rico fue un lujo para mí…  

¿Hay alguna semejanza entre tú y Li Cuxin? ¿Cómo era tu vida ….?
No; excepto que ambos bailamos no hay muchas semejanzas. Yo soy hijo único nacido en Beijin. Mi padre era maestro de ballet y acabó siendo el director de la escuela, mi madre es músico; ambos valoranmucho el mundo artístico. No éramos una familia con posibles, mis padres tenían que trabajar y como no podían permitirse tener una nanny,  mi padre me llevaba con él a la escuela de ballet y desde muy pequeño ya viví ese ambiente. Me sentaba allí estaba viendo clases y un día mirando un vídeo de Barysnikov en Don Quijote me dije: yo tengo que hacer esto. Ahora tengo 34 años y todavía tengo muchas ganas de aprender más, pero por otro lado me siento en un momento en el que no me interesa tanto hacer alardes de virtuosismo como expresar. Me siento más maduro y más interesado en la interpretación de roles dramáticos dentro del ballet. Admiro muchísimo a Ángel por su capacidad de dirigir una compañía y al mismo tiempo seguir bailando. Me parece durísimo lo que está haciendo. Ya para mi es suficientemente duro hacer la clase, ensayar y luego actuar, así que añadir más responsabilidades me parece realmente heróico.


Es la primera vez que estás en España?
Éste ha sido el primer año que he actuado en este país. Estuve en el Festival de Música y Danza de Granada con mi compañía, el Birmingham Ballet y ahora aquí invitado por Ángel.

¿Os conocíais Ángel y tú?
Por supuesto que yo sabía quien era, siempre le admiré, pero ha sido la primera vez que he hablado con él y le he conocido personalmente. Ángel me contactó y acepté enseguida encantado. Me apetecía mucho venir y actuar con su compañía.

¿Cómo viven la crisis en tu compañía?
Pues como en todas partes, la crisis nos afecta. Antes se hacían muchas producciones nuevas, era una compañía muy creativa, pero ahora no pueden, tienen que reponer ballet de repertorio y contratar a gente extra para las producciones más grandes como Lagos, Bellas, etc.  


Aquí en España le tenemos un poco de miedo a los chinos…..
Yo estoy muy orgulloso de ser chino. Cuando dejé mi país la gente era muy honesta y había unos valores, pero ahora no me gusta como están actuando los chinos que vienen aquí, no sólo en España sino también en otros países. Me siento un poco avergonzado de cómo actúan, un poco al borde de la ilegalidad. Por otro lado es verdad que cuando vuelvo a China percibo que las cosas han cambiado, actúan más como aquí, en general, con subterfugios y no me gusta…
En general, en el mundo se están perdiendo los valores que realmente importan. Yo soy creyente. Creo en Dios y eso me ayuda mucho. Hoy en día la gente no cree en nada y este hecho les lleva a pensar, bueno, me voy a morir ¿no? Pues voy a hacer lo que me de la gana y pasan de todo. No creer en nada hace que no tengas valores y que vivas la vida de otra forma. A mí el ser cristiano me ha ayudado mucho; y no me refiero a que todo el mundo deba ser cristiano, no, no, pero por lo menos que crean en algo, que tengan una esperanza, un fin, que luchen por algo importante y que vean una salida. Yo también he tenido épocas de más joven en las que me dejaba llevar por las circunstancias, pero bueno ahora siempre estoy luchando por mejorar en todos los aspectos.

¿Qué rescatarías del sistema de valores y de la educación de tu país?
Honestidad sobre todo. Cuando yo vivía en China no había corrupción, tampoco había dinero para corromperse, claro, pero los políticos eran honrados; que la gente sea honesta y educada, amable, que te traten con respeto y que tengan creencias en algo. Esos son los valores que rescataría y que entonces eran vigentes. Pero ahora cómo nos pueden pedir que seamos honestos, que seamos solidarios, si los primeros que están fallando son los políticos. A mi de pequeño me fascinaban esos héroes de los cómics que luchaban y morían por un ideal, eso me parecía algo realmente digo de valor.



¿Tu padre quería que fueses bailarín?
No. Nunca me dirigió hacia ese fin. Siempre decía que era demasiado duro y que es algo que requiere de entrada, talento para llegar a ser un buen bailarín y luego vocación. Pero cuando vio que esa era realmente mi elección me apoyó totalmente.
Mi padre tomaba clases de ballet pero cuando iba comenzar a bailar no pudo porque empezó la Revolución, pero luego volvió a tomar clases. Cuando tenía 9 años le vio Nureyev y le dijo que tenía muchas posibilidades, pero no pudo aceptar su proposición de ir a la Ópera de París porque entonces era aún demasiado joven y luego ya no pudo ser. En Pekín había mucho contacto con Rusia e iban muchos profesores rusos, Nureyev tenía algún parentesco con alguien de la compañía y venía a menudo a vernos. Entonces había mucha afinidad entre ambas compañías, no sólo mi padre sino otros bailarines estuvieron invitados a ir a bailar a la Ópera de París.

Su participación en Peralada
“Voy a bailar dos pas de deux con mi partenaire habitual en el Birmingham Ballet, Nao Sakuma. No he buscado coreografías típicas de galas en las que se pretende hacer alarde de una gran técnica y virtuosismo, sino mostrar algo distinto, más lírico. En la compañía de Ángel Corella hay bailarines muy jóvenes y talentosos con muy buena técnica, así que mejor dejarles a ellos que se luzcan en eso.
He elegido Tchaikovsky pas de deux de Balanchine, porque hay que estar siempre con la música y lograr esos saltos altos, gráciles, que no son tanto virtuosismo sino que requieren una gran musicalidad.

En cuanto a nuestra segunda intervención será The Dream (El sueño de una noche de verano) pero no la coreografía de Balanchine sino la de Ashton que es la que tiene el Royal Ballet. En este pas de deux de los dos amantes, Oberón y Titania, la coreografía es también muy lírica, muy de naturaleza, muy romántica. Ahora ya con mi edad todas estas explosiones que se hacen en galas y concursos para lucirse yo prefiero dejárselo a los jóvenes que son fantásticos y así por otro lado mostrar otras caras del ballet, otro tipo de danza más elaborada, más interpretativa, más lírica, para que la gente vea la diversidad que hay.

¿Te gustaría acaban siendo como Barysnikov el abuelo de la danza?
No. Yo aspiro a tener una vida normal y a ser feliz. Formar una familia, ver crecer a mis hijos… No quiero ser famoso. Hice una gira para dar a conocer la película y quedé realmente agotado. Entiendo que los famosos a veces estén muy cansados y sean algo ariscos, porque eso cansa mucho. Yo no tengo más aspiraciones que ser feliz y llevar una vida normal con mis hijos y mi familia.

¿Estas cerca de conseguir ese sueño?
Sí, estoy en ello (risas) salgo con una joven bailarina de  la compañía. Llevamos tres años juntos y estamos luchando para que nuestros proyectos se realicen.

Para finalizar ¿qué opinas de la compañía de Corella y de la decisión de Ángel?
He visto una compañía muy joven, con mucho talento y muy motivada. En cuanto a Ángel él es uno de los grandes de la historia del ballet y su esfuerzo, sacrificios y dedicación a su compañía me parecen realmente admirables. Les deseo todo lo mejor.

Traducción: Carolina Masjuán