Durante el ensayo con su partenaire del Birmingham Ballet, Nao Sakuma (Foto: L.R.)
La escuela de danza de Beijing
(Pekín) que muestra la película tenía un sistema de educación muy rígido y
duro. Tú estudiaste en esa misma escuela, ¿Era así de severa la educación?
No, ya no es lo mismo. Ha cambiado todo mucho. En
China el ballet es un arte que tiene mucho glamour, es muy apreciado, no como
aquí que normalmente no se le considera así. Allí, una vez que estás en la
escuela tú no pagas nada, es el gobierno quien lo paga todo. Hay mucha gente
que quiere entrar en la escuela, pero si te admiten, entras y eres realmente
bueno y el gobierno te envía a hacer un concurso, tienes la obligación de ir,
como tienes la obligación de trabajar duro. Mucha gente entra y no es
consciente de lo que le exige esta profesión, y acaban por irse. Si entran 30 o
40 al final terminan 5 o 6 de cada promoción.
¿Cómo fue su trayectoria de China a
Londres?
Normalmente la escuela está en relación con otras y
se hacen intercambios entre bailarines con un cierto talento. A mí me
seleccionaron para el Royal y se hizo un intercambio.
¿Fue muy notable el cambio?
Mucho. Ahora llevo ya más de la mitad de la vida en
Londres y me siento un poco europeo. Mi hogar está más aquí que allá.
Pero entonces el cambio fue grande, era totalmente distinto. En China se
trabaja casi únicamente la técnica, hay una gran exigencia en cuanto a
perfeccionarte en ese sentido y no cesan de presionarte. En cambio en el Royal
había más libertad, los profesores te exigían, claro, pero tú eras libre de
hacerlo o no, era tu problema, no el suyo. Yo estuve allí en una época dorada,
coincidí con Sylvie Guillem, Darcey Bussell, Viviana Durante, … también vino
Ángel a actuar … lo que más me impactó y que significó una gran diferencia fue
la importancia que se daba a la interpretación. Me gustó muchísimo la posibilidad
de expresar e interpretar en esos grandes ballets. El Royal con su repertorio
tan rico fue un lujo para mí…
¿Hay alguna semejanza entre tú y Li
Cuxin? ¿Cómo era tu vida ….?
No; excepto que ambos bailamos no hay muchas
semejanzas. Yo soy hijo único nacido en Beijin. Mi padre era maestro de ballet
y acabó siendo el director de la escuela, mi madre es músico; ambos
valoranmucho el mundo artístico. No éramos una familia con posibles, mis padres
tenían que trabajar y como no podían permitirse tener una nanny, mi padre
me llevaba con él a la escuela de ballet y desde muy pequeño ya viví ese
ambiente. Me sentaba allí estaba viendo clases y un día mirando un vídeo de
Barysnikov en Don
Quijote me
dije: yo tengo que hacer esto. Ahora tengo 34 años y todavía tengo muchas
ganas de aprender más, pero por otro lado me siento en un momento en el que no
me interesa tanto hacer alardes de virtuosismo como expresar. Me siento más
maduro y más interesado en la interpretación de roles dramáticos dentro del
ballet. Admiro muchísimo a Ángel por su capacidad de dirigir una compañía y al
mismo tiempo seguir bailando. Me parece durísimo lo que está haciendo. Ya para
mi es suficientemente duro hacer la clase, ensayar y luego actuar, así que
añadir más responsabilidades me parece realmente heróico.
Es la primera vez que estás en
España?
Éste ha sido el primer año que he actuado en este
país. Estuve en el Festival de Música y Danza de Granada con mi compañía, el
Birmingham Ballet y ahora aquí invitado por Ángel.
¿Os conocíais Ángel y tú?
Por supuesto que yo sabía quien era, siempre le admiré,
pero ha sido la primera vez que he hablado con él y le he conocido
personalmente. Ángel me contactó y acepté enseguida encantado. Me apetecía
mucho venir y actuar con su compañía.
¿Cómo viven la crisis en tu compañía?
Pues como en todas partes, la crisis nos afecta.
Antes se hacían muchas producciones nuevas, era una compañía muy creativa, pero
ahora no pueden, tienen que reponer ballet de repertorio y contratar a gente
extra para las producciones más grandes como Lagos, Bellas, etc.
Aquí en España le tenemos un poco de
miedo a los chinos…..
Yo estoy muy orgulloso de ser chino. Cuando dejé mi
país la gente era muy honesta y había unos valores, pero ahora no me gusta como
están actuando los chinos que vienen aquí, no sólo en España sino también en
otros países. Me siento un poco avergonzado de cómo actúan, un poco al borde de
la ilegalidad. Por otro lado es verdad que cuando vuelvo a China percibo que
las cosas han cambiado, actúan más como aquí, en general, con subterfugios y no
me gusta…
En general, en el mundo se están perdiendo los
valores que realmente importan. Yo soy creyente. Creo en Dios y eso me ayuda
mucho. Hoy en día la gente no cree en nada y este hecho les lleva a pensar,
bueno, me voy a morir ¿no? Pues voy a hacer lo que me de la gana y pasan de
todo. No creer en nada hace que no tengas valores y que vivas la vida de otra
forma. A mí el ser cristiano me ha ayudado mucho; y no me refiero a que todo el
mundo deba ser cristiano, no, no, pero por lo menos que crean en algo, que
tengan una esperanza, un fin, que luchen por algo importante y que vean una
salida. Yo también he tenido épocas de más joven en las que me dejaba llevar
por las circunstancias, pero bueno ahora siempre estoy luchando por mejorar en
todos los aspectos.
¿Qué rescatarías del sistema de
valores y de la educación de tu país?
Honestidad sobre todo. Cuando yo vivía en China no
había corrupción, tampoco había dinero para corromperse, claro, pero los
políticos eran honrados; que la gente sea honesta y educada, amable, que te
traten con respeto y que tengan creencias en algo. Esos son los valores que
rescataría y que entonces eran vigentes. Pero ahora cómo nos pueden pedir que
seamos honestos, que seamos solidarios, si los primeros que están fallando son
los políticos. A mi de pequeño me fascinaban esos héroes de los cómics que
luchaban y morían por un ideal, eso me parecía algo realmente digo de valor.
¿Tu padre quería que fueses bailarín?
No. Nunca me dirigió hacia ese fin. Siempre decía
que era demasiado duro y que es algo que requiere de entrada, talento para
llegar a ser un buen bailarín y luego vocación. Pero cuando vio que esa era
realmente mi elección me apoyó totalmente.
Mi padre tomaba clases de ballet pero cuando iba
comenzar a bailar no pudo porque empezó la Revolución, pero luego volvió a
tomar clases. Cuando tenía 9 años le vio Nureyev y le dijo que tenía muchas
posibilidades, pero no pudo aceptar su proposición de ir a la Ópera de París
porque entonces era aún demasiado joven y luego ya no pudo ser. En Pekín había
mucho contacto con Rusia e iban muchos profesores rusos, Nureyev tenía algún
parentesco con alguien de la compañía y venía a menudo a vernos. Entonces había
mucha afinidad entre ambas compañías, no sólo mi padre sino otros bailarines
estuvieron invitados a ir a bailar a la Ópera de París.
Su participación en Peralada
“Voy a bailar dos pas de deux con mi partenaire
habitual en el Birmingham Ballet, Nao Sakuma. No he buscado coreografías
típicas de galas en las que se pretende hacer alarde de una gran técnica y
virtuosismo, sino mostrar algo distinto, más lírico. En la compañía de Ángel
Corella hay bailarines muy jóvenes y talentosos con muy buena técnica, así que
mejor dejarles a ellos que se luzcan en eso.
He elegido Tchaikovsky pas de deux de Balanchine, porque hay que estar
siempre con la música y lograr esos saltos altos, gráciles, que no son tanto
virtuosismo sino que requieren una gran musicalidad.
En cuanto a nuestra segunda intervención será The Dream (El sueño de una noche de verano)
pero no la coreografía de Balanchine sino la de Ashton que es la que tiene el
Royal Ballet. En este pas de deux de los dos amantes, Oberón y Titania, la
coreografía es también muy lírica, muy de naturaleza, muy romántica. Ahora ya
con mi edad todas estas explosiones que se hacen en galas y concursos para
lucirse yo prefiero dejárselo a los jóvenes que son fantásticos y así por otro
lado mostrar otras caras del ballet, otro tipo de danza más elaborada, más
interpretativa, más lírica, para que la gente vea la diversidad que hay.
¿Te gustaría acaban siendo como
Barysnikov el abuelo de la danza?
No. Yo aspiro a tener una vida normal y a ser
feliz. Formar una familia, ver crecer a mis hijos… No quiero ser famoso. Hice
una gira para dar a conocer la película y quedé realmente agotado. Entiendo que
los famosos a veces estén muy cansados y sean algo ariscos, porque eso cansa
mucho. Yo no tengo más aspiraciones que ser feliz y llevar una vida normal con
mis hijos y mi familia.
¿Estas cerca de conseguir ese sueño?
Sí, estoy en ello (risas) salgo con una joven
bailarina de la compañía. Llevamos tres años juntos y estamos luchando
para que nuestros proyectos se realicen.
Para finalizar ¿qué opinas de la
compañía de Corella y de la decisión de Ángel?
He visto una compañía muy joven, con mucho talento
y muy motivada. En cuanto a Ángel él es uno de los grandes de la historia del
ballet y su esfuerzo, sacrificios y dedicación a su compañía me parecen
realmente admirables. Les deseo todo lo mejor.
Traducción: Carolina Masjuán
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