miércoles, 28 de abril de 2021

Rosa Pousa: "El cáncer me dio la felicidad"

 

Acaba de publicar "La fuerza contra el cáncer" (Foto: José L. F.Liz)


 

Hace doce años le diagnosticaron un cáncer y le dijeron que le quedaban veinticuatro meses de vida. Hoy, la autora de La fuerza para vencer el cáncer, no solo sigue viva sino que se baña cada día en la playa de A Magdalena y disfruta de todo lo que de su enfermedad ha aprendido. 

 

Lola Ramírez

Rosa lleva sus 65 años y el cáncer con unas ganas de vivir envidiables. A esta maestra del colegio San Martiño do Porto en Cabanas (A Coruña) se le vino el mundo abajo cuando le diagnosticaron un tumor maligno en el ovario. Casada y madre de dos hijos, hasta ese fatídico momento disfrutaba de su familia, su trabajo y una salud espléndida. Todo ese patrimonio vital le parecía normal, algo que la vida le había regalado y que el cáncer no le podía quitar. “Lleva usted una bomba de relojería en su interior”, le dijo su ginecólogo un fátidico martes de 2009. “Casi me da un infarto –afirma Rosa­–. En un segundo te cambia la vida”. 

 

Pero la vida y el cáncer continúan su ritmo imparable: tres operaciones, metástasis en el pulmón y varias etapas de quimioterapia. Todo ello combinado con estancias en balnearios, travesías por países lejanos, encuentros con la familia y amigos y, mucho, mucho descanso: “Digamos que vivo el 50 por cien del día, el resto del tiempo tengo que descansar”, dice. Entre otras cosas el cáncer le enseñó a Rosa a vivir el presente, sin pensar en el pasado ni preocuparse por el futuro. “La verdad es que vivo al día y vivo feliz. Ahora estoy contenta”, continúa. “He escrito un libro en el que desvelo mis sentimientos y describo los remedios que utilicé para luchar contra la enfermedad. Me gusta pensar que puedo ayudar a otras personas”.

 


Dándose un saludable baño en la playa de la Magdalena (Cabanas)

–¿Qué te ha dado y que te ha quitado el cáncer?

–El cáncer me dio la felicidad. Lo que digo parece un disparate, pero antes del cáncer había muchas cosas que no sabía valorar, consideraba que la salud era algo normal. No tenía tiempo para mí. Paradójicamente el cáncer me regaló tiempo para mí. Cuando enfermé la gente se volcó conmigo y descubrí cuanto me querían los demás. Es muy reconfortante. También aprendí a manifestar lo que siento y a aceptar a los demás tal cual son, esto te da una gran paz. 

–¿Cómo surgió lo de bañarte en la playa incluso en invierno?

–Vi videos de Martí Bosch, un oncólogo que habla de la cura del cáncer a través de los baños de sal. Llenas la bañera de agua caliente con sal y te introduces en el agua para limpiar tu interior. Me sentaba bien pero acabé agotada con esta rutina de llenar la bañera de agua y sal. Mercedes, una amiga mía, me contó que ella se bañaba todos los días en la playa y que le iba fenomenal. Empecé a ir con ella hace unos ocho años y es fantástico, lo disfrutamos a tope. Ahora  somos once mujeres. 

–¿Qué te lleva a escribir el libro?

–Muchas personas me animaron a hacerlo. Siempre escribí un diario. Cuando enfermé, a veces me despertaba por la noche angustiada, me levantaba, me ponía a escribir y la angustia desaparecía. El confinamiento me coincidió con la quimio, no podía mover los brazos, así es que le pedí a mi hijo que me acoplara un micrófono en el ordenador para dictar lo que quería escribir. Y cuando estuve bien lo hice. Luego, lo de publicarlo fue porque pensé que podría ayudar a otra gente. 


“Soy creyente y no tengo miedo a la muerte”

 

–Y, ahora, ¿cómo es tu vida? ¿en qué medida te limita el cáncer?

–Digamos que tengo muy claro que el tiempo se me acaba, entonces lo que hago es aprovecharlo al máximo. Soy creyente y no tengo miedo a la muerte. También me tranquiliza ver que mis hijos ya están situados, ya no dependen de nosotros. Yo vivo la mitad del día, el resto lo paso descansando. Me levanto, me arreglo, hago las cosas de la casa (la compra y la comida las hace mi marido) y me voy a la playa. Doy un paseo con las amigas y nos bañamos y llego a casa a mesa puesta.  Por la tarde, relax. Si salgo un día, tocan dos de descanso. Es lo que tiene esta enfermedad.

–¿Qué le dirías a alguien al que acaban de diagnosticar un cáncer?

–Que acepte la enfermedad y sus límites. Es como la vida, si tú te aceptas eres más feliz que si estás amargada añorando lo que te falta. Estás enferma pero hay muchas cosas que puedes hacer. Sólo tienes que descubrirlas, crearte hábitos sanos y por supuesto, pedir ayuda cuando la necesites. No es fácil, pero se puede conseguir.

–¿Tú lo has conseguido? 

–Ahí estoy. Sería plenamente feliz si pudiera tener a mi madre conmigo y cuidarla. Está en una residencia en Ourense. Un ictus le paralizó el lado derecho del cuerpo y hay que hacérselo todo, aunque de cabeza está muy bien. Siempre fue una luchadora. Lo que hay lo afronta con valentía. De ahí vengo yo.


viernes, 29 de enero de 2021

David Yudes: "Para mí ha sido muy emocionante bailar en mi tierra"

David Yudes en plena interpretación (Foto Dani García Morán)

El pasado 16 de enero, David Yudes, solista del Royal Ballet de Londres representó en en el Teatro de Figueres, el papel principal de El Cascanueces. Natural de Badalona, Yudes quiso aprovechar un descanso en su compañía londinense para incorporarse al elenco del Ballet de Barcelona y, junto a la primera bailarina Anna Ishii, interpretar a la pareja central de la obra de Chaikovski. 

Lola Ramírez

Según dicen los expertos, para llegar a lo más alto en este complicado mundo del ballet es imprescindible iniciarse desde muy temprano para llegar a dominar la técnica y, además,  sentir  una gran pasión por la danza, amarla, llevarla en los genes. David Yunes cumple con holgura todos los requisitos. De ahí que hoy esté considerado como una gran estrella a nivel internacional a pesar de su juventud.  

Con cuatro años ya empezaste a relacionarte con la danza en la Escuela de tu madre, Marisa Yudes. ¿Cómo fueron aquellos primeros momentos? ¿Te gustaba o ibas un poco obligado? 
- Empecé a bailar con 4 años con mi madre sí, era muy pequeño y aunque sabía que mi madre tenía una escuela de danza, realmente no tenía ni idea en qué consistía eso. Un día, después de salir del colegio, le pregunté si podía probar una clase. Me salió de dentro y pareció que fuera algo que estaba predestinado a pasar. No hubo ningún tipo de obligación y fue todo muy natural. 

Háblame de tu madre.  
- Mi madre fue bailarina durante un tiempo. Se formó en la escuela Rosella Hightower en Cannes (Francia) y allí conoció gente como Frederic Olivieri o Jean Cristophe Maillot, ahora renombrados directores de compañías europeas, y luego pasó a bailar por un tiempo en  el Ballet de Cámara de Barcelona, junto con antiguos bailarines del Ballet del Liceo, por entonces ya disuelto, y cuyo director era José Antonio Flores. Después empezó a formarse como profesora y creó la escuela de Danza Marisa Yudes en Badalona hasta la actualidad. Lleva más de 40 años enseñando sobre todo danza clásica. 

Por lo que he visto, tu carrera fue meteórica: A los 4 años haciendo demipliés en la escuela de tu madre y a los 19, si no me equivoco, ya formabas parte del elenco del Royal Ballet. ¿Cuál fue el secreto de esta trayectoria tan exitosa? 
- Realmente creo que yo siempre tuve claro dentro de mí que quería bailar y no hacerlo nunca fue una opción dentro de mi cabeza. Siempre he creído que el talento es necesario, pero no te lleva a ninguna parte sin el trabajo diario, constante y regular. Para mí eso es el 90% ¡sin duda!. Ahora sí, nunca pensé que llegaría a estar donde estoy, haber tenido una formación con unos profesores tan increíbles en la Academie Princess Grace de Montecarlo durante 4 años y, posteriormente, entrar en una de las mayores compañías del mundo, el Royal Ballet, con 17 años. ¡Ni en mis mejores sueños! 


Esta pandemia que estamos viviendo ha zarandeado nuestras vidas en todos los aspectos, personales, laborales, económicos y sociales. En el mundo de la danza el confinamiento ha supuesto serios problemas para los bailarines. Le pregunto a David por ello.

¿Cómo te ha afectado la pandemia del Covid? ¿Has pasado miedo? 
- En situaciones adversas, a veces descubrimos cosas de nosotros mismos que no hubiéramos descubierto de continuar con la vida normal. La verdad, aunque suene extraño, para mí la experiencia de esta pandemia ha sido muy muy positiva. Me he tomado todo este tiempo sin pisar un escenario para preocuparme un poco más de mí, recapacitar sobre cuáles son las prioridades en mi vida y me ha servido para darme cuenta que debemos saborear más cada momento de nuestras vidas, tanto dentro como fuera del escenario. Ha sido un tiempo de evolución personal muy grande y agradezco en parte que la vida me haya dado esta oportunidad para darme cuenta de todo esto. Por otro lado, para los bailarines han sido unos tiempos muy complicados en los que hemos tenido que mantenernos en forma desde casa y en unas condiciones difíciles, pero somos luchadores y seguimos siempre adelante pase lo que pase. La verdad es que no he tenido miedo, siempre intento coger las cosas día a día y con tranquilidad. Esto no ha sido diferente aunque sea algo de lo que nos vamos a acordar toda la vida. 

¿Cómo te lo montabas durante el confinamiento? 
- Durante el confinamiento creo que tuve suerte gracias a la situación en la que me encontraba. Menos mal que pude volver a España 2 meses después de que empezara todo y fue increíble poder usar la escuela de mi madre para impartir clases a seguidores/as y profesionales que siempre me las solicitaban a través de mis redes sociales. Las clases me sirvieron para poder estar más cerca de parte de esas personas que siempre me están apoyando y poder mantenerme en forma. La compañía en esos momentos estaba dando clases online por zoom, pero yo decidí hablar con mi director Kevin O’Hare y explicarle que iba a trabajar aquí en el estudio y él aceptó sin ningún problema. Agradezco muchísimo a la gente que me ayudó a poder mantener mi forma. Trabajé muchísimo durante ese período. Kiril Radev, un profesor increíble, trabajó conmigo día tras día durante meses. Se lo agradezco de corazón  

En Londres, donde vives normalmente, en un principio las restricciones fueron menos rígidas que en otros países. En España (y creo que en otros países también), se culpa de la fatal trayectoria de la pandemia a los gobiernos. ¿Qué opinas tú? ¿No tenemos todos cierta responsabilidad en la negativa evolución del problema? 
- Es un tema complicado. Todos los gobiernos y las personas en general, hacen lo que piensan que es mejor y, dependiendo de su cultura y de la situación específica, actúan de maneras diferentes. A todo esto hay que añadir que es algo que nuestra generación nunca ha vivido y que para nada estábamos preparados. Sí que pienso que todo el mundo podría haber hecho más en su día a día, tanto a nivel personal como para contribuir a hacerla mejorar, pero el ser humano es así, siempre mira por su bienestar y, por muchas cosas y restricciones que un gobierno ponga, es imposible controlar a toda la población. Siempre habrá personas que hagan lo que no tienen que hacer. 


Volvamos a la danza. ¿Cómo fue tu experiencia en Figueres, metiéndote en la piel del protagonista de El Cascanueces? ¿Era la primera vez que interpretabas este papel? 
- Fue genial. Era la primera vez que interpretaba este rol y me ha servido para ganar experiencia y seguir creciendo. Fue para mí muy emocionante pisar un escenario después de tanto tiempo sin hacerlo, debido al Covid. Y sobre todo, hacerlo en mi tierra. 

De todos los roles que has interpretado, ¿cual te produjo mayor satisfacción y por qué? 
- Creo que cada rol tiene su toque especial y ahora mismo no podría decantarme por uno en concreto. Mi manera de entenderlo es que todo forma parte de un proceso y que cada rol desde que entré en la compañía me ha ayudado a crecer y a estar donde estoy- Por ello todos han sido especiales. Si tuviera que decirte uno sí o sí, quizás te diría Blue Boy en el ballet “Les Patineurs” por Frederick Ashton. 

Háblame de tu experiencia en el  Ballet de Barcelona. Desde la perspectiva de un solista de una gran compañía, ¿qué aprecias de la compañía catalana? 
- Han sido unas semanas súper intensas en las que no hemos parado. Ha sido una experiencia brutal para mí, aprenderme un rol principal, ensayarlo con mi partner de esta ocasión y solo con 2 semanas de tiempo; la verdad es que he aprendido muchísimo. La compañía del Ballet de Barcelona me ha sorprendido especialmente. Es una compañía con más de 50 bailarines, todos súper trabajadores, humildes y buenas personas, con los que me he sentido uno más durante estas dos semanas, me han puesto muy fácil el adaptarme y ha sido todo un placer para mí. Del Ballet de Barcelona quizás lo que más me ha sorprendido –aparte del nivel técnico y artístico de danza– sea que es una compañía en la que todos reman hacia una misma dirección, cosa que es muy difícil de ver, aquí en Catalunya sobretodo, que la comunidad de la danza ha siempre estado muy dividida y falta de apoyo entre nosotros mismos, incluso a veces lo contrario, intentando sacar de en medio a la gente que está empezando proyectos y haciendo las cosas bien, algo inconcebible. Posiblemente esa es una de las razones por las cuales la danza clásica aquí, en España en general, está quizás menos evolucionada que en otros sitios. Hay que señalar que tanto Chase Johnsey como Carlos Renedo y Carolina Masjuán, los directores del Ballet de Barcelona, unas personas maravillosas y justas, están haciendo un trabajo fantástico. Es, sin duda, la compañía de danza clásica a la que tenemos que dar todo nuestro apoyo aquí en Catalunya, hacer que crezca todo lo posible y conseguir de una vez por todas remar en una misma dirección para hacer grande la danza en nuestro país.

¿Quien fue tu pareja en este ballet? 
- Anna Ishii. Ha sido verdaderamente increíble trabajar con ella de principio a fin.

Para terminar, ¿cómo afrontas el futuro? ¿En qué situación te encuentras? ¿Afecta de alguna manera el Covid a tu contrato con el Royal Ballet? ¿Cuándo te reincorporas a la compañía? 
-  Me siento muy tranquilo y muy abierto de cara al futuro, como digo siempre, partido a partido y momento a momento. Solo sé que voy a intentar vivir cada experiencia al máximo tanto en mi vida profesional como personal. Tengo previsto volver a Londres el 30 de Enero para empezar de nuevo con los ensayos en Febrero y ver poco a poco como se desenvuelve toda esta situación, que espero de verdad que se encuentre en el tramo final. Mi contrato no se ve afectado en nada ahora mismo y todo va a seguir como estaba previsto: volver a la normalidad cuanto antes para poder hacer lo que más nos gusta a los bailarines, que no es otra cosa que bailar.

martes, 22 de diciembre de 2020

Lucía Lacarra: Fordlandia es nuestro sueño, nuestro bebé

Fordlandia. Foto: Josep Guindo


A Lucía Lacarra hemos tenido la suerte de verla desde sus comienzos con Víctor Ullate y en distintos papeles con las compañías en las que ha bailado. Coppélia en el Teatre Víctoria, cuando el Liceu se quemó, en la versión de Roland Petit, con su compañía y con él como Doctor Coppelius; con el Ballet de San Francisco, ahora sí en el Liceu, en el Lago de los Cisnes y en In the Night de Jerome Robins ; en un Corsario en Munich, en la compañía bávara que integró durante tantos años, y en innumerables galas por Cataluña y España. Precisamente recuerdo especialmente una Gala en Murcia, organizada por José Carlos Martínez, dónde por cierto los próximos 27 y 28 de diciembre vuelve a estar invitada. Imposible olvidar cualquiera de sus actuaciones, Lucía es alguien nacido para la danza. Dotada de un talento único, que ella ha cultivado con ahínco, tesón y amor, cautiva irremediablemente sea lo que sea en lo que el afortunado espectador tenga la oportunidad de admirarla. 

De nuevo en Terrassa donde bailaste con la compañía de Víctor Ullate y un poco antes embarazada de tu niña ¡Bienvenida Lucía! En esta ocasión has vuelto con Matthew Golding y vuestro espectáculo Fordlandia ¿qué nos puedes contar de esta creación? 

Pues Fordlandia es como si fuera nuestro bebé, es algo que hemos concebido, planificado, creado, producido y disfrutado, paso a paso desde el principio. Algo muy especial desde que empezamos a crearlo hace mucho tiempo y que seguimos disfrutando desde su estreno y en cada espectáculo que hacemos. El nombre se lo pusimos gracias a un amigo de Mat, de Hong Kong, que le hizo descubrir una musica de Jóhan Jóhansson cuyo título era Fordlandia. La música nos fascinó, de hecho es la música central de la pieza de Juanjo Arqués que bailamos con una tela que representa el agua. 

A mi me interesó descubrir acerca del nombre porque para mi Fordlandia representaba un sueño, ese sueño de volver a estar en los escenarios, de volver a bailar, de volver a encontrarnos, ya que creamos esta pieza estando separados por el confinamiento todos esos meses, y me sonaba a algo mágico, a un sueño, y descubrí que el compositor se había inspirado en Fordlandia, la ciudad que Henry Ford había creado en las plantaciones de caucho de Brasil y que al final no consiguió desarrollarse y que ha quedado como una ciudad fantasma, pero fue su sueño crear esa ciudad, entonces me pareció perfecto y a parte de que una de las músicas lleve su nombre, nuestro bebé se llama así, Fordlandia. 


A Matthew le conocemos aquí sobretodo por su paso por el Corella Ballet y personalmente tuve la suerte de verle en una Giselle con el HET National Ballet ¿Cómo surgió tu relación con él?

Matthew y nos conocimos, ... creo que fue en 2012 en una gala en Astana, Kazakistan, luego nos vimos muchas veces en Galas por distintas ciudades, Berlín, Luxemburgo,.... Él estaba con su pareja, yo con la mia... Finalmente nos encontramos en Munich en junio de 2019. Yo llevaba ya dos años divorciada, él llevaba también dos años separado y fue como un encontronazo, fue maravilloso... Coincidimos en la puerta del teatro y nos quedamos como hora y media hablando, yo creo que hasta entonces no habíamos hablado de verdad. 

Yo estaba en un momento de transcisión, había decidido dejar la companyia de Víctor, no sabía muy bien que quería hacer, aparte de seguir bailando en el Ballet de Dortmund y él también estaba un poco en la misma situación y todo surgió como algo de lo más natural, empezamos a hacer planes juntos, a bailar en galas juntos y empezamos a tener esa idea de querer crear algo juntos y como algo muy natural, cuando el mundo se paró y nos confinaron, y además estábamos separados, en lugar de deprimirnos, empezamos a trabajar y dijimos éste es el momento de crearlo y de hacerlo. 

¿Estáis de gira con Fordlàndia? Creo que ireis a la Gala de estrellas que José Carlos Martínez organiza cada año por Navidades en Murcia ¿Tenéis otras actuaciones previstas por España?

Pues ahora el 18 y 19 de diciembre, justo despues de Terrassa, nos vinimos a San Petersburgo donde bailamos una de las partes de Fordlandia que es Snow Storm, coreografía de Yuri Possokhov, que además tiene música rusa, por lo que para ellos resulta muy familiar, y nos volvemos a España para seguir con la gira. Vamos al Arriaga de Bilbao con dos funciones los 18 y 19 de diciembre y del 5 al 10 de enero estaremos en los Teatros del Canal con 6 espectáculos, lo cual es maravilloso. Luego Tenerife el 30 de enero, Oviedo el 3 de Marzo, Zaragoza seguramente el 9 ó 10 de marzo, y eso que los teatros todavía tienen dificultades con la programación, así que muy felices por el interés que hay por Fordlandia, y, como bien dices, los días 27 y 28 de diciembre bailamos en la Gala de José Carlos Martínez en Murcia, donde bailaremos lo mismo que hemos bailado en San Petersburgo. 


Sigues vinculada a la compañía de Dortmund. ¿Que te ata a ella? 

Dortmund para mi ha sido y es lo más maravilloso que he descubierto. De hecho lo descubrí hace muchos años. Ya conocía al director Xin Peng Wang y al que era entonces el director administrativo, Tobias Ehinger, y que ahora es el intendente del teatro entero, lo conocí en una gala en Ludwigsburg y me vino a decir que acababa de coger la compañía y que iban a hacer galas y me querían invitar. Desde entoces fui todos los años a bailar en sus galas y luego me ofrecieron empezar a hacer producciones conmigo y fue lo más lógico cuando decidí que no quería seguir en Munich, cuando hubo el cambio de dirección (vean nuestra entrevista anterior a Lucía, justo cuando acababa de dejar el ballet de Munich aquí). Así que firmé un contrato como artista permanente invitada y he creado ya tres producciones con ellos. 

Para nosotros ha sido una plataforma maravillosa y han sido también coproductores, en cierto modo, de Fordlandia. Yo estaba en contacto con ellos y los teatros en Alemania tenían muchas dificultades para programar ya que solo podían hacerlo con espectáculos de máximo una hora, sin pausa, y con dos bailarines que ademas fuesen pareja y estaban desesperados porque no sabían de que podrían disponer para empezar la temporada y entonces hablamos de la oportunidad de co-producir Fordlandia como espectáculo que formase parte del repertorio de la compañía y estrenarlo en septiembre, como estreno de la temporada. Para nosotros fue una oportunidad única y un tesoro tenerles allí y trabajar con ellos y de hecho ya estamos trabajando en un siguiente espectáculo. 

¿Dónde tenéis vuestra base ahora? 

Es una pregunta complicada. De hecho nuestra base artística está parte en Dortmund, que es donde volvemos cada vez que no estamos de gira actuando y es donde seguimos trabajando y creando, y bueno, pues en nuestra maleta también, ya que estamos la mayoría del tiempo viajando. Pero la base personal para mi está en el Pais Basco, en Zumaia, que es donde está Laia mi hja de 5 años y donde está toda mi familia. Para mi es importante saber que ella está bien y allí lo está, arropada por todos y sobretodo por mi madre, porque para un niño si no está con su madre, pues ¿qué mejor que con su abuela? Y en cuanto a Mat, pues su base está en Amsterdam por la misma razón, porque él tiene un niño de dos años y cada vez que no estamos trabajando, nos separamos para ir cada uno a ver a nuestros respectivos hijos y bueno, a veces pues vamos los dos a un lado y al otro, pero sí, ¡son malabarismos los que hacemos con nuestra agenda! 

¿Cómo habéis vivido esta etapa de confinamiento? 

El confinamiento fue duro para todo el mundo, sobre todo porque creo que nos pilló a todos por sorpresa. Nosotros estábamos bailando en Dortmund ese fin de semana y se canceló todo y nos fuimos cada uno a su casa con nuestros hijos el trece de marzo y nos encontramos ya confinados el catorce sin ningún preaviso. 

Nunca imaginamos que iba a durar tanto tiempo. Pero en vez de deprimirnos, dijimos pues vamos a aprovechar el tiempo, que en cierto modo era algo precioso tener ese tiempo, y durante esos tres meses creamos Fordlandia que ya teníamos en mente desde que nos encontramos y también me ocupé yo de producirlo, hablar con los coreógrafos, elegir las piezas, ... Hicimos también el guión de las películas y lo que es increíble es que a mediados de abril ya teníamos espectáculos confirmados tanto en Dortmund como la gira de diciembre, cuando aún no teníamos nada practiamente creado, y luego, el 15 de junio, cuando pusieron el primer vuelo de Bilbao a Frankfurt, ya estaba yo en ese avión y el 16 empezamos a trabajar juntos y para principios de agosto ya todo el ballet estaba terminado. La verdad es que para mi fue una experiencia muy fuerte, pasamos noches al teléfono, una vez que se dormían los niños y no lo soltábamos hasta las tres de la mañana. En cierto sentido fue maravilloso tener ese tiempo muerto para poder dedicarlo a esta creación. 

Para mantenerme en forma pues al principio seguia haciendo clases como podía, me agarraba a lo que había en casa y cuando vi que iba para largo, me compre una barra, un suelo de linóleo de Harlequin y ahora tengo una esquinita de estudio de danza en la sala. Y, bueno, uno tiene que adaptarse y sobretoto procurar sentirse motivado. 

Por favor, cuéntame más acerca de este nuevo proyecto que me has comentado 

Pues sí, estamos ya creando un segundo espectáculo. Empezamos en noviembre, cuando volvimos a parar forzosamente y es como que un poco la historia se repite. Estábamos en Alemania cuando se cerraron otra vez los teatros, teníamos cuatro espectáculos de Fordlandia en Dortmund y decidimos ir ahí y empezar a crear el siguiente, así que el tiempo que no estemos de gira con Fordlandia, en enero, febrero y marzo, iremos una semana por aquí y otra por allí, para seguir creando el siguiente. 

¿Te apetece comentar algo de tu paso como Directora de la compañía de Víctor Ullate? 

Mira, sinceramente prefiero no hablar, porque sobre todo quiero que esta entrevista tenga un espíritu positivo y el pasado, pasado es, y uno aprende de ello. Te diré que aprendí mucho de ese paso y que cada experiencia en esta vida, siempre te hace más fuerte. 

¿Sigues la situación de la danza en España? ¿Conoces el Ballet de Barcelona ? 

Sí, por supuesto, siempre la he seguido y siempre he estado dispuesta a hacer todo lo posible para apoyarla, porque sinceramente creo que en España falta solidaridad. Deberíamos ayudarnos mutuamente para hacer frente a ese gran retraso que tenemos en compración con otros países europeos. Yo creo que la unión hace la fuerza y somos demasiado individualistas en España. 

No conozco el Ballet de Barcelona y me encantaría conocerlo. Como sabes hace mucho que no vengo y tampoco por placer puedo, pero espero que en un futuro próximo surja la oportunidad. 

¿Cúales son tus planes de futuro ? 

Mis planes son actuar muchísimo y que la gira con Fordlandia sea maravillosa. Están saliendo muchos bolos ya que además de todo lo confirmado, también hay otros muchos países interesados, así que vamos a disfrutar mucho bailando y también creando el siguiente espectáculo. Nos sentimos muy felices y estamos muy motivados. 

A nivel personal ¿cómo te organizas ? Creo que tu niña vive en Zumaia ¿es así? ¿tenemos a una futura bailarina? 

Sí, mi hija, Laia, está en Zumaia. Va allí al colegio, tiene sus amigas, tiene ya su vida social y todo funciona muy bien gracias a mi santa madre, sin la cual no habría sido posible para mi seguir bailando como lo hago. Mi hija la adora, ya que mi madre estuvo conmigo en Munich cuando nació. La niña está tan bien o mejor con ella ya que yo no paro de viajar y no podría hacerlo si no supiera que ella está allí perfectamente. 

No creo que vaya a ser bailarina ya que será extremanademnte alta, tiene 5 años y lleva ropa de 9 y calza un 32. Cuando nació ya me lo dijeron y sé que con 10 años ya será más alta que yo, así que no creo, no. De todos modos no creo que la danza tenga que ser algo que se transmita de generación en generación, de hecho en mi casa no había nadie relacionado con la danza y yo lo traje dentro de mí desde que era un bebé. A mi lo que me gustaría es que ella descubra que quiere hacer en la vida, cual es su pasión y que encuantre algo que la haga feliz. Yo no siento que haya trabajado ningún día de mi vida, porque he conseguido hacer lo que para mi era una necesidad, una pasión, y eso es lo que deseo para ella y yo la ayudaré hasta el final, sea lo que sea, aunque sea algo que yo no entienda, o que desconozca, estaré allí para ayudarla, como mi madre me ayudó a mi. 

Qué nos dirías de la experiencia de ser madre y compaginarlo con una profesión que te exige tanta dedicación y ausencias ¿cómo lo llevas? 

Es muy dificil, pero no lo cambiaria por nada en el mundo. Yo lo que siempre digo es que con el nacimiento de mi hija descubrí también lo que significa la culpabilidad, porque una al ser madre siempre se siente culpable de no hacer suficiente. Al principio, cuando me separaba de ella, sufría muchísimo aunque solo fuera para ir a hacer clase, y ahora cuando estoy con mi hija y tengo que trabajar siento que no estoy haciendo suficiente de un lado o del otro. Pero es algo maravilloso que te cambia la prespectiva de la vida y te pone las prioridades en su sitio y yo creo que desde el momento que me quede embarazada y luego tuve a Laia he disfrutado más de mi trabajo y me siento afortunada de poder seguir haciéndo y creo que para ella también es importante ver a su madre satisfecha y feliz y disfrutando de lo que hace, porque uno debe estar satisfecho de lo que hace. 



Agradecemos a Lucía su dedicación para con nosotros en unos días de gran ajetreo y les recomendamos que no se pierdan a esta increíble pareja con su espectáculo Fordlandia, en cualquiera de los teatros de la gira española donde puedan tener ocasión de verles. 

Adjuntamos algunas críticas de la función que Lucía y Matthew ofrecieron en el Centre Cultural de Terrassa el 12 de diciembre. Todas las fotos, de Josep Guindo, son asimismo de esa función.

Marta Porter para el Diari Ara aquí 
Valèria Gaillard para Recomana aquí




miércoles, 10 de junio de 2020

José Carlos Martínez: "Para mí esto ha sido como un retiro espiritual"

Imagen cedida por José Carlos


El ex director de la Compañía Nacional de Danza está viviendo el confinamiento y la desescalada del Covid-19 en su nuevo lugar de residencia: Ibiza. El momento álgido de la pandemia le sorprendió en Eslovenia donde estaba preparando el estreno de El Corsario. “El día 14 de marzo se cerraba todo, entonces me dijeron: ‘O te vas hoy o te quedas’. Y decidí venirme para aquí”, afirma José Carlos Martínez.

Lola Ramírez
Alejado del mundanal ruido, José Carlos Martínez vive en el campo, en la localidad de San Josep, en el suroeste de la popular isla ibicenca. “En Septiembre, cuando terminó mi contrato con la Compañía Nacional de Danza decidí fijar mi residencia en Ibiza porque en España aparte de la CND no hay compañías y no creo que me vayan a llamar para hacer una coreografía. Pensé que cuando hubiera tiempos muertos para descansar o estar parado como ahora sería mucho mejor estar aquí, paseando y respirando el aire del mar”, afirma el bailarín y coreógrafo.

— ¿Qué tal has llevado el confinamiento?
— Bien. Se ha parado todo, pero me han seguido saliendo cosas. ‘El Corsario’ lo estrené en la Ópera de Roma como estaba previsto y digamos que he seguido adelante en esta nueva vida de freelancer.

— Pero, ‘El Corsario’ lo ibas a hacer también en Eslovenia, ¿no?
— Sí. El estreno en Roma fue el 3 de marzo y el de Eslovenia estaba previsto para el 9 de abril. En cuanto terminé en Roma me fui a Eslovenia y empezamos a entrenar, pero el 16 de marzo se paró todo. Yo estuve entrenando allí hasta el último momento porque en realidad en Eslovenia han tenido muy pocos casos, pero el sábado 14 de marzo viendo lo que estaba pasando en Italia decidieron cerrar el país, aeropuertos y todo. Entonces me dijeron: O te vas hoy o te quedas. Y yo decidí irme porque estoy mejor en mi casa que encerrado en Eslovenia. Y me vine y muy bien. Ahora allí ya están ensayando, están poniendo el país en marcha porque tuvieron pocos casos y están intentando organizar todo para cuando empieza la temporada que seguramente será en septiembre. Yo me iré para allá en cuanto se pueda viajar.

— ¿Esa será tu primera vuelta al trabajo?
Pues es probable que sea mi primera vuelta al trabajo. Ahora mismo en realidad tengo dos cosas porque tengo también otro proyecto en Viena. En España como ha habido tantos casos estamos yendo muy lentamente en la desescalada; en otros países han empezado antes. En Viena, por ejemplo a los bailarines que están ensayando les hacen tests cada semana. A todo el que trabaja en el teatro le hacen un test semanalmente para estar seguros. Les toman la temperatura al entrar… hay unas medidas muy serias para recuperar la actividad. Y tengo también otro proyecto con ellos. Tal como decía, ahora mismo tengo ‘El Corsario’ en Eslovenia y lo de Viena. Y luego tenía otro proyecto para Noviembre que se pasará para el año que viene y es hacer mi propia ‘Giselle’.

— La CND también va a hacer Giselle.
— Lo sé. Realmente Giselle forma parte de los ballets de repertorio más habituales. Es verdad que yo, después de ‘Cascanueces’ tenía previsto hace Giselle con la CND. Al haber cambiado las cosas yo lo voy a hacer por un lado y la CND lo hace por otro. Entra dentro de la lógica, es una coincidencia.

— ¿Cómo has vivido este tiempo de confinamiento? Ahí en Ibiza no ha sido tan duro como en otras partes de España.
— No, aquí ha habido relativamente pocos contagios, lo que pasa es que las medidas han sido las mismas. En un principio había como mucho miedo porque no se sabía cómo iba la cosa. Lo mismo que en todos los lados con las mascarillas, los guantes, igual que en todos los sitios, salvo que aquí ha habido bastantes menos casos. Yo lo he podido vivir con cierta tranquilidad porque cada vez que iba a pasear no me encontraba con grupos de personas, había mucha menos gente y si no hay mucha gente el riesgo disminuye y lo vives mejor. Yo por aquí al salir a pasear me cruzo con muy poca gente, incluso desde el principio cuando todo el mundo salía a las 8 de la tarde, aquí eso no lo hemos vivido. Además yo vivo en San Josep que es en la parte oeste de la isla y es muy distinto a vivir en Ibiza ciudad donde hay mucha más gente.

— Estás en tu zona de confort.
— Totalmente, lo he vivido con más tranquilidad, no he sentido el miedo al contagio. Cuando me vine de Eslovenia en principio pensé en irme a Murcia con mis padres, pero no había vuelo directo y tuve que pasar por cuatro aeropuertos. Mi hermano, que es médico, me dijo que era una locura que fuera a casa de mis padres, ya que mi madre está un poco frágil de los pulmones y no tenía sentido exponerla a un contagio. Lo cierto es que los primeros días lo pasé mal porque estaba solo y aunque no tenía ningún síntoma, pensaba que podía tener el virus, pero una vez que fue pasando el tiempo y vi que no había nada, pues oye, si lo he pasado lo he pasado sin síntomas, o sea que muy bien. He aprovechado para descansar y trabajar.

— Teletrabajo, supongo.
— Sí, fundamentalmente trabajo de logística y organización. Hemos trabajado para futuras escenografías, futuros decorados. Todo lo que se puede hacer por teletrabajo lo hemos avanzado, pero claro el trabajo físico con bailarines, pues no. He trabajado mucho con mi cuerpo, he hecho yoga y barra de ballet, cosa que no hago cuando estoy montando una coreografía. Mira, cuando termine el confinamiento voy a estar mucho más en forma que nunca porque en realidad me estoy entrenando mucho más que durante estos últimos años que yo iba a una clase y a los diez minutos venían a llamarme por teléfono porque había algo que hacer; ahora llevo dos meses ocupándome de mi cuerpo y me siento muy bien la verdad. En realidad esto ha sido para mí como un retiro espiritual con curso de salud incluido.

— ¡Qué bien! ¡Qué suerte!
— Sí, me  ha pillado bien, pero también lo necesitaba.  O sea, al haber empezado con tantos proyectos justo después de dejar la CND no hubo una parada de verdad y la necesitaba.

— A ti te ha pasado lo mismo que a la naturaleza, que le ha venido muy bien este retiro de todos nosotros para dejarla respirar tranquila.
— Pues sí, igual. Como en los ríos, en el mar…
Curioso primer plano del bailarín

"He escuchado en la BBC que están sorprendidos y admirados de los bien que se está haciendo el desconfinamiento en España"

— ¿Por qué crees que en España se nos ha dado tan mal la pandemia? Yo me resisto a pensar que lo hemos hecho peor.
— No lo creo. Yo, por mi trabajo, estoy en contacto con muchos países, tengo amigos en Francia, estaba en Italia cuando empezó todo y luego en Eslovenia. El hecho de ver cómo van las cosas en diferentes países, te hace darte cuenta de que al final muchos de los problemas son los mismos: la falta de mascarillas, la falta de espacios en los hospitales y tal. Se ha vivido muy parecido en todos los países. Lo que le pasó a todos los gobiernos europeos es que ninguno pensó que iba a ser algo tan importante, tan grande y no se tomaron las medidas con la debida antelación. Yo no creo que lo hayamos hecho mal, creo que hemos hecho muchas cosas tarde; en el caso de Eslovenia se cerró el país con unos 150 casos declarados. Vieron lo que estaba pasando en Italia, el país vecino, y enseguida dijeron, aquí hay que protegerse porque esto llega. Yo creo que lo que pasó en España es que se hizo un poco tarde. Y después hay otra cosa a tener en cuenta y es que nosotros somos muy familiares vivimos todos juntos unos en casa de los otros, nos estamos besando y abrazando todo el tiempo, hay un montón de mayores viviendo con los niños y además en España hay un montón de gente mayor. Todos esos factores han contribuido a que hubiera muchos contagios.

— Está claro: Spain ist different.
— Sí, en parte sí, por nuestro modo de vida. En Alemania la gente no se da tantos besos. Cuando ves a alguien lo saludas sin más; en Francia, donde la gente sí se besa cuando se saluda, el primer consejo que dieron en la televisión fue: ¨digamos simplemente hola y evitemos el contacto físico”. Y también han tenido un montón de casos. Yo escucho mucho la BBC porque estoy intentando mejorar mi inglés y dan bastantes reportajes y entrevistas sobre la actualidad del coronavirus. Hace unos días hablaban de España y se manifestaban sorprendidos y admirados de lo bien que se estaba haciendo el desconfinamiento, decían que era muy complicado con tantas comunidades autónomas y con diferentes fases en cada una pero que, a pesar de ello, se estaba haciendo muy bien. Hablaban de España como uno de los países donde los turistas ingleses podrían venir este verano. Era justo cuando en Alicante se empezaban a abrir los bares al 30 por ciento y con las mesas muy separadas. Y decían, mira todavía no se pueden hacer un montón de cosas pero han empezado a abrir bares. En resumen, lo que venían a decir es que nuestra manera de llegar a la nueva normalidad estaba muy pensada y se estaba haciendo muy bien.

— Menos mal que alguien habla bien de nosotros…
— Claro porque cuando estás aquí en España y oyes los conflictos políticos entre unos y otros, las discusiones sobre las medidas que se toman, parece que todo se hace mal. Pero yo creo que la pandemia nos ha pillado y no fuimos lo suficientemente precavidos al principio; el ser ahora un poco más precavidos no es malo, es lo que deberíamos hacer todos. A mí me pareció muy razonable que la Comunidad Valenciana en un momento determinado le dijese al gobierno que no quería pasar a la siguiente fase, porque después de todos los meses que hemos pasado, lo difícil que ha sido el estar incomunicado con tu gente, el miedo y tal, lo de ir lentos es un acierto. No quiero pensar en lo que se puede convertir la situación si hay un rebrote.

— Eso es lo que da miedo, que cuando abran las compuertas del todo nos desmadremos.
— Como españoles nos estamos desmadrando cada vez menos. El primer día que se pudo salir a la calle a pasear salimos todos, cuando se pudo correr, todos a correr y así sucesivamente, pero luego nos calmamos y lo hacemos bien. El problema es cuando nos sueltan después de tanto encierro, eso va en nuestro carácter.

— ¿Cómo va a ser la nueva normalidad en el mundo de la danza? ¿Vamos a poder ver un espectáculo de ballet como antes del Covid?
— Yo me hago la misma pregunta. Creo que para que sea igual que antes tiene que haber una vacuna o un tratamiento. Mientras estemos en esta situación no va a poder ser igual. La gente está concienciada, la mayoría lleva su mascarilla y mantiene las medidas higiénicas y de seguridad, en todas las tiendas y lugares de acceso al público hay geles para que te desinfectes las manos. Aunque el virus esté entre nosotros yo creo que nos vamos a proteger más, que va a haber menos contactos, estamos más educados en ese sentido. Hace más de 20 años, cuando yo empecé a hacer mis primeras giras a Japón con la Ópera de París, veíamos a los japoneses con las mascarillas puestas y nos preguntábamos el porqué. Ellos nos explicaron que cuando una persona tenía un catarro u otra infección se ponía la mascarilla para no contagiar a los demás. Muchas de las medidas que se están implantando ahora aquí, allí ya estaban presentes. Mis amigos de la Ópera de París estaban en febrero de gira y en Japón ya todos los japoneses iban al teatro con mascarilla; todavía no había esta alarma pero la gente ya llevaba la mascarilla. Tendremos que acostumbrarnos a ponernos la mascarilla cada vez que llegue la gripe o los resfriados o algo similar. Para ir a un teatro como lo hacíamos antes creo que falta tiempo.

— A mí no me parece mucho problema que nos obliguen a ir al teatro con mascarilla. El problema es para los bailarines.
— En el teatro, si la gente lleva mascarilla y el que está enfermo no va o va muy armado para no contagiar, no pasaría nada. Con los bailarines hay que tener un control más estricto y la vuelta a la normalidad tiene que ser poco a poco. Un bailarín no puede bailar con mascarilla. El otro día vi en OT a los concursantes bailando con mascarilla. En una emisión televisiva, vale, pero no me imagino las mascarillas en un espectáculo de ballet en el teatro, aparte de que sería una puesta en escena muy particular, no es viable. Hay que tener un control muy serio. En Viena han empezado a tomar clase de 6 en 6 y con marcas en el lugar donde se tiene que poner cada bailarín, cinco o seis metros entre uno y otro porque están en un ambiente cerrado. Entre clase y clase abren las ventanas para que se renueve el aire. Hay que ir con mucho cuidado para ver hasta dónde podemos llegar sin que vuelva a haber contagios. Es también una cuestión de responsabilidad individual y si un día te levantas y tienes cualquier síntoma lo que tienes que hacer es quedarte en casa y no ir a trabajar. La seriedad es lo principal, todos tenemos que ser muy conscientes en estos momentos de que la amenaza del rebrote está ahí.

— Sí, tienes razón. ¿Sabes si los bailarines tienen que hacerse PCRs antes de la vuelta al trabajo?
— No sé cómo es la situación aquí, en España. En Viena hacen pruebas, aquí habría que preguntarle a alguien de la CND. Lo que sé es que hacen clase 12 bailarines a la vez. Es poco pero a mí ya me parece mucho y además están haciendo ensayos y de todo desde el primer día. Tenemos que tener cuidado porque es verdad que el virus sigue entre nosotros. Además, un bailarín que ha estado sin entrenarse dos meses no puede empezar muy fuerte.

— Pero yo creo que han estado haciendo clase desde sus casas…
— Sí, por supuesto, pero no es lo mismo hacer estiramientos y una barra en tu comedor que hacer cinco horas de clase formal, donde además estás ensayando. Hay que ser prudentes e ir lentamente en cuanto a la carga de trabajo, los primeros días haces una hora de clase y te vas a tu casa, no por el coronavirus sino para evitar tendinitis y lesiones que pueden venir si el entrenamiento es demasiado fuerte. Ahora todo gira alrededor del virus, pero es que además está todo lo demás y no se puede pasar por alto. 

— Hoy leía en La Voz de Galicia que en el hospital público había 25 Covis y 5000 cánceres.
— Claro, es que la gente tenía tanto miedo a ir al hospital que aunque se encontrara mal no se movía de su casa por miedo y ahora los hospitales están llenos de personas que han agravado su situación por el atasco que ha habido y por el miedo al contagio.

— Vamos a esperar que las cosas vayan mejorando poco a poco y la nueva normalidad sea lo menos novedosa posible.
— Sí, yo creo que eso es deseable y también que debemos ser todos muy serios y tener cuidado. Con el Covid hemos empezado a coger nuevos hábitos: la gente deja los zapatos en la calle y se lava las manos mucho más a menudo, nos estamos volviendo más japoneses. En Japón nadie entra en su casa ni en un restaurante con los zapatos que lleva por la calle. Son hábitos que debemos adoptar y que nos ayudarán no sólo a combatir el Covid, sino también a otros gérmenes que andan por ahí. 

— ¿Realmente crees que esto nos ha hecho cambiar?
— Yo creo, espero, que sí. Hay mucha gente que ya ha cambiado aunque otra ni lo ha hecho ni lo va a hacer. Eso en algún momento va a crear conflictos. Pero yo creo que sí, que se mantendrá un cambio en ciertas costumbres. Está claro que algún momento retomaremos la normalidad de antes del Covid, pero también habrá muchas personas que andarán por casa con otros zapatos y se lavarán las manos más a menudo. Es algo que no cuesta tanto. Volveremos a besarnos y a abrazarnos porque eso no va a cambiar. Yo soy el primero que estoy deseándolo. Pero hay otro tipo de cosas que sí que debemos de tener en cuenta y es lo que vamos a hacer.

— ¿Te has encontrado ya con tus padres?
— Aunque en Baleares ya estamos en la fase 3, todavía no se puede viajar entre comunidades autónomas, a no ser por trabajo. Estoy deseando verlos.

— ¿Cómo está tu madre?
— Está bien. Se ha sentido muy sola, bueno está con mi padre, pero ella está acostumbrada a ver a mis hermanos y a los nietos. Mi hermano mellizo trabaja en un hospital y es responsable de todo un equipo y su mujer es  enfermera, eso nos ha ayudado a tomar muchas precauciones en toda la familia. Mi madre lo ha sufrido pero lo ha entendido y ya ve que la cosa va mejor. 

jueves, 7 de mayo de 2020

Alejandro Cerrudo: "Ahora podemos dedicar las 24 horas del día a lo que más amamos"

Curiosa expresión de Alejandro durante la entrevista (Foto: L.R.)

Este bailarín y coreógrafo madrileño que todavía no ha llegado a la cuarta década de su vida, vive feliz en Chicago con la bailarina Ana López y con Lúa, una preciosa niña de 2 años, hija de la pareja. Él hasta hace dos años fue coreógrafo residente del Hubbard Street Dance, ella una magnífica bailarina de la misma compañía. Ahora, este trío de sangre española vive los avatares del Covid-19 en su apartamento estadounidense.


Lola Ramírez
Por esa magia inexplicable de las nuevas tecnologías hacemos la entrevista a través de Face Time y tengo el placer de conocer a Lúa, que no está dispuesta a que todo el protagonismo del momento se lo lleve su famoso papá. De entrada me llama la atención el nombre gallego de la niña, pues a Alejandro lo conozco desde hace muchos años, cuando ambos éramos novatos en nuestras respectivas profesiones (él mucho más que yo) y sé que por sus venas no corre sangre gallega. "Ana, mi pareja, es de Sada", me dice. Casualidades de la vida, yo le estoy haciendo la entrevista desde un pueblo gallego desde el que puedo ver la localidad en la que nació su chica. Se lo digo y se ríe. "Ya lo sé", y por unos momentos recordamos tiempos pasados, juventud superada aunque no olvidada, que nos hace sonreír y olvidar por unos segundos a este impertinente bicho empeñado en poner al mundo global del revés.

Para Alejandro Cerrudo lo peor del Covid-19 es el presidente de los Estados Unidos. "Da algo de miedo porque se ve que es un poco ignorante y hace de menos las vidas humanas y este virus".  Las restricciones en el país que dirige Donald Trump no han sido ni están siendo "tan fuertes" como en España. "El presidente ha decidido que el gobernador de cada estado tome sus decisiones de abrir o cerrar. Por ejemplo, en Atlanta, estado de Georgia, ya pueden ir al cine o a la bolera, pero allí el virus está presente igualmente". El bailarín y coreógrafo madrileño confiesa que ve poco las noticias "porque me emparanoio como se emparanoia todo el mundo. Hago la compra por Internet y cuando me la traen intento desinfectarlo todo y lavarlo lo mejor posible. Hay momentos que ya no sabes lo que has tocado y lo que no has tocado".

Lúa escucha hablar a su papá y asoma su preciosa cara a través de la pantalla. Intercambiamos besos virtuales, ella totalmente ajena a eso tan serio de lo que habla el autor de sus días. "¿Qué quieres chiquitita?", le pregunta Alejandro a su niña. Y la chiquitita dice que quiere leche. "Pídesela a mamá". Mamá está trabajando en otra habitación del apartamento y Lúa no atiende a lo que dice su papá, quiere leche y quiere que se la dé él. Alejandro pone una expresión inocente y me dice que el Covid tiene también estas cosas. Toca trabajar en casa y conciliar profesión y paternidad, lo que implica hacer una entrevista atípica en la que una pequeña y deliciosa niña reclama de vez en cuando un mínimo de protagonismo. "Al principio tomamos el confinamiento muy bien —continúa Alejandro—. Yo tenía muchos proyectos, íbamos a viajar mucho los tres, pero esto nos ha obligado a parar. Entonces pensamos que dentro de lo terrible de la situación, podíamos disfrutar como nunca de la familia y de nosotros mismos. Tenemos la oportunidad de apreciar lo bueno que te está ofreciendo la vida, dentro de lo terrible que es todo esto. Poder dedicar las 24 horas del día a lo que más amas, era una "joya" que no podíamos dejar de apreciar".

Cerrudo nos habla de sus dos grandes proyectos desde su apartamento de Chicago (Foto: L.R.)

"Está claro que va a haber un antes y un después del Covid, pero lo cierto es que esta situación nos está forzando a tener una unión que, aunque en esencia ya existiera antes de la llegada del virus, no se podía materializar. A mí me encanta tener muchos proyectos, pero a la vez me ponía muy triste el no poder estar tanto tiempo con mi hija, no poder disfrutar de ella o tener que llevarla de un lado para otro".

- ¿Qué tiempo tiene Lúa?
- Acaba de cumplir dos años.

- Ana, tu pareja pertenece también al mundo de la danza, ¿no?
- Sí. Llevamos juntos diez años y ella bailaba en el Hubbard Street Dance. Yo dejé la compañía en 2018, dimití, y ella dejó de bailar con ellos en 2019, así es que ahora somos freelancers. Yo empecé a producir mi propio proyecto por primera vez. Esto es lo más grande. Mis dos proyectos más importantes en estos momentos son mi niña y mi proyecto profesional que he empezado desde cero. Eso significa que soy el productor, director, coreógrafo y todo. Tengo que buscar el dinero, contratar a los bailarines y ocuparme de toda la logística.

- ¿Tienes tu propia empresa?
- En términos legales sí. Pero es algo que empieza y termina con un único proyecto. Un proyecto que consiste en una noche completa de espectáculo de danza. Y cuando podamos hacerlo e ir de gira tendrá un principio y un final. No se trata de una compañía, yo sigo trabajando para quien me contrata. Esto es una excepción, no va a ir más allá de lo que es el proyecto en sí. Hacer algo así no es fácil, yo no he recibido ningún tipo de ayuda por parte del gobierno, todo está financiado por individuos que apoyan la cultura y que creen en lo que hago, gente que tiene un corazón y una generosidad increíble.

- En ese sentido EEUU es un paraíso para un artista, porque hay una cultura de mecenazgo que no existe en nuestro país.
- Si vamos a hablar de paraíso, yo creo que más paraíso es Alemania, porque allí es el gobierno quien apoya al artista y a la cultura, no son las entidades privadas. El hecho de que a mí me apoyen individuos no significa que eso sea fácil y que apoyen a todo el mundo. Yo tengo ya una reputación aquí, llevo muchos años. Pero esto es un proceso, no es tan fácil como pedir y que te den. Esto no es un paraíso. Yo soy muy afortunado porque ahora en mi primer proyecto en solitario estoy consiguiendo que se me apoye, pero lo ideal sería que no tuviera que extender la mano y pedir que se me ayude, lo ideal sería que el ejemplo de Alemania se repitiese aquí y que fuera el gobierno quien financiase la cultura.

El proyecto de Alejandro se llama It's stars now. Se trata de una obra muy abstracta en la que participan ocho bailarines. Danza contemporánea con formas teatrales. "Me encantaría que no se pudiera definir, que la definición fuera 'maravilloso'". El proyecto lleva en la cabeza del coreógrafo madrileño desde 2018. "La idea de producir mi propio espectáculo empezó por dos razones que han sido los pilares de esta obra. La primera, crecer como persona y como artista para aprender cosas que no he hecho nunca, la parte de producción, la parte de conseguir fondos, contactar con teatros, hacer contratos, el marketing, meter la cabeza ahí y aprender. Y la segunda razón es hacerlo de la manera que a mí como artista me va a beneficiar más. 

- ¿Tienes un sitio fijo para trabajar?
- No, eso es algo en lo que estoy trabajando para este proyecto, en conseguir residencias, es decir espacios en los que tuviésemos acceso a un estudio y que al mismo tiempo yo les pudiera proporcionar alojamiento a los bailarines además de pagarles muy bien, ¿sabes? No se trata de negociar contigo para ver cuánto saco sino ver cuánto puedo conseguir para poderles pagar a mis bailarines lo máximo.
Cerrudo explicando una coreografía suya

- ¿Nunca te has planteado volver a España?
- A veces se te pasa por la cabeza, pero yo en España no podría hacer nada. Está la Compañía Nacional de Danza y nada más. Podría hacer lo que estoy haciendo ahora y luego volar a donde me contraten.

- Seguramente estáis muy bien ahí, en Chicago
- Sí, ahora como ya no estamos en Hubbard Street Dance, nos está rondando la cabeza el mudarnos. Desde que tuvimos a Lúa y yo dimití en el HSD estamos en transición, llevamos dos años de transición. 

- ¿Por qué dimitiste?
- Porque llegamos a un punto en el que yo no compartía la visión artística del director. No me estaba dando la oportunidad de crecer. Me pidieron que no hiciera el proyecto que estoy haciendo. Se juntaron muchas cosas. Ahora van a cambiar de director. Por otra parte, tengo que decir que he estado muy bien en esa compañía. En ella he vivido la mayor parte de mi carrera y de mi éxito como coreógrafo. Allí fue donde empecé esa faceta de coreógrafo y donde he podido cultivar mi experiencia y lo que hago.

- Con el Covid, ¿paro total? 
- Sí, a mí me han cancelado todos los proyectos, excepto uno que todavía no me han cancelado. Se trata de un trabajo para el Check National en Praga, en noviembre, pero todavía no sabemos si se puede hacer o no. Una buena noticia fue que antes del Covid una compañía clásica que se llama Pacific Nord West Ballet me nombró coreógrafo residente y se supone que empiezo en septiembre con un contrato de tres años. Ya empecé a trabajar con ellos en una coreografía que se llama One sit in pieces, estuve allí seis semanas con dos asistentes y se canceló justo dos semanas antes del Covid, pero se han portado conmigo super bien y si todo encaja en septiembre lo retomaremos; la primera creación no será hasta marzo del 2021, así que vamos a ver.

- Ahí en Chicago, ¿podéis salir libremente a la calle?
- Se supone que te tienes que quedar en casa, a no ser que salgas como en España a comprar comida o ir a la farmacia o al médico, pero no hay policía, nadie te va a parar por la calle. Han cerrado los parques, eso sí.

- ¿Qué haces a lo largo del día?
- Desde luego no nos aburrimos. Con una niña pequeña tus horarios tienen que adaptarse a ella, pero lo cierto es que estamos muy entretenidos. Vamos a hacer un vídeo que nos pidió el Gugenheim Work and Process (que es una rama del Gugenheim Museum dedicada a la danza y a las artes en general) y yo trabajé con ellos hace tres años e hice una actuación en la rotonda del Museo, un espacio muy original. Y, bueno, tengo esa relación con ellos y he contactado con algunos artistas para hacer unas mini comisiones que nos han pedido, algo que represente a unos artistas haciendo arte en casa.

- ¿Os lo han pedido a tu pareja y a ti?
- Sí, nos lo han pedido a los dos. Es un montaje con cuatro bailarines que escogí yo. El proyecto era de Daniil Simkin, bailarín principal del Americam Ballet Theatre. Daniil me contrató para ponerlo en marcha y yo por mi parte contraté a tres bailarines y uno de ellos es Ana, porque Ana es una fuera de serie.

- No es que lo digas tú...
- No, es tan obvio que es buena que no me causa ningún problema contratarla. Nos conocemos mucho, hemos trabajado en varias ocasiones juntos y eso no me ha creado ninguna situación incómoda. Si ella no bailase bien estaría en constante apuro, pero como es una fuera de serie no tengo ningún reparo en contratarla. Yo siempre me pongo el listón muy alto en todo lo que hago y ahora nos han pedido que hagamos esto en casa, pero con Lúa es un poco difícil.

- Integrarla en el conjunto.
- Podríamos hacerlo, pero no queremos. No hemos puesto ninguna foto de ella en ningún lugar, aunque nos morimos por hacerlo,  pero yo quiero que ella sea más consciente, que pueda tener una voz. Llegado el momento ella puede pensar que sus padres fueron tontos por haber resguardado tanto su imagen, pero hemos tomado esa decisión y por eso no la integramos en este vídeo, pero sería genial porque bailamos todos los días. Ella me coge del brazo y me dice, venga, vamos a bailar. Ana y yo antes de tenerla dijimos que ni la íbamos a inclinar hacia la danza ni queríamos comprarla nada rosa. Pues le encanta el color rosa y le encanta bailar.

- Lo lleva en los genes.
- Esta claro que nos ha visto bailar desde que nació. La hemos tenido en el estudio con nosotros porque no había otra forma de hacerlo, entonces nos ha visto bailar desde que era un bebé. Si nosotros decimos vamos a trabajar, ella interpreta vamos a bailar y le encanta hacerlo. Un día pusimos El Lago de los Cisnes y no veas cómo mantenía el ritmo. Pero, claro, qué voy a decir yo que soy su padre. Así es que me imagino que hacer este vídeo que queremos hacer, con ella por el medio no va a ser fácil.

- Con esta movida, cuando terminéis el video se terminó ya el confinamiento.
- No sé cuándo se va a terminar esto porque para el mundo de la danza es más complicado todavía. Es el último sector que va a empezar a trabajar. No me imagino a la gente sentándose en un teatro que a lo mejor tiene un aforo de 2000 personas.

- ¿Te preocupa mucho el futuro?
- (Se lo piensa un rato) Intento no pensarlo, pero cuando lo pienso sí que me preocupa, estoy intentando buscar alternativas. Estoy intentando el plan B, C y D. Supongo que como todo el mundo. El caso es que las actuaciones se están posponiendo. No sabemos cómo va a acabar y cuando acabe cómo va a ser.

- ¿Tienes gente en tu entorno que haya pillado el coronavirus?
- No directamente. Mi hermano, que vive en Madrid, estuvo un poco malo y se hizo dos tests y le dio negativo y aún así por protocolo le llamaron para hacerle un tercer test que también dio negativo, pero bueno tiene algún problemita, pero está bien.

- Algo bueno nos dejará este drama.
- Yo creo que sí, creo que nos va a unir un poco más y espero que nos abra los ojos a todos los problemas globales del mundo, porque esto no lo puedes eludir, no te puedes escapar a otro país, el virus está en todo el mundo. Espero que esto nos haga abrir los ojos a todos los problemas que afectan a la Tierra y que debemos afrontar juntos.

viernes, 1 de mayo de 2020

Pedro de los Ríos, un aventurero en Miami



Economista, bombero y, sobre todo, artista multidisciplinar, Pedro de los Ríos es un español residente en Miami, en donde trabaja como director y profesor de Miami Sensual Bachata, escuela de bailes latinos. 

Lola Ramírez
En sus 45 años de vida a Pedro de los Ríos le ha dado tiempo a probar fortuna en diversas profesiones. Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid, durante varios años trabajó en el mundo de la banca, en entidades como el BBVA y La Caixa. Desde niño manifestó una gran inclinación hacia el arte y ya en su etapa de estudiante ingresó en la tuna universitaria y aprendió canto y guitarra. 

Su perfil aventurero le llevó a preparar una oposición a bombero, a la vez que aprendía nuevas disciplinas de baile, como jazz, tap, ballet y sobre todo bailes latinos. Durante varios años trabaja en la Comunidad de Madrid como bombero y compagina esta actividad profesional con su faceta artística, interpretando los principales roles de zarzuelas en la Agrupacion Lírica de la Casa de Valladolid. Participa en varios musicales, entre ellos Sweeney Todd, de Mario Gas. Su formación y actividad profesional continúa durante varios años en España hasta que se muda a Miami (Florida) donde decide desarrollar plenamente su faceta artística creando su propia empresa, Miami Sensual Bachata, en la que enseña baile y con la que actúa por todo el país.

 El Covid-19 le ha sorprendido en la cosmopolita ciudad estadounidense, en donde según comenta el confinamiento se ha desarrollado de manera “más inteligente y efectiva que en España”. 

- ¿Por qué crees que ha sido más inteligente?
- Porque cerraron pronto los bares, restaurantes, tiendas, lugares donde se pudiera congregar la gente, parques, playas… Pero no hay un control tan estricto como en España. Se puede salir tranquilamente a la calle y hacer deporte. Sólo hay supermercados abiertos y negocios muy concretos, como ferreterías, asesorías para hacer las declaraciones de impuestos y también se siguen realizando algunas construcciones.

Con Cosette M. Rodríguez. (Foto: @pedrophotospro)


- ¿Cómo te encuentras?, ¿cómo combates el miedo, si es que lo tienes?
- Pues intento mantenerme positivo y activo, creo que es muy importante en estos días crearse metas, hacer trabajo atrasado. Intento no leer las noticias negativas, sino las positivas, hablar con amigos que tengan la misma actitud que yo. Respecto al miedo, intento no tenerlo, tuve una gripe al principio de toda esta locura, creo que no era Coronavirus pero, claro, te emparanoias. Por mi estilo de vida y mi edad, creo que tengo pocas posibilidades de cogerlo. Por otra parte, creo que es importante mantener la moral, porque eso te ayuda frente  a las enfermedades. 

-¿Estás solo o acompañado? 
- Estoy con mi pareja, eso ayuda mucho. Nos apoyamos mutuamente y todo se hace más ameno. También trabajo con ella, así que podemos plantear cosas juntos. 

- Con respecto a tu trabajo, ¿sigues manteniendo algún tipo de actividad?  
- Comencé haciendo clases online por zoom, pero no tuvo mucho éxito. Creo que este tipo de clases (baile latino) a la gente le gusta más hacerlo para conocer gente nueva, ligar, etc., pero desde casa no tiene tanto éxito.  Mi única fuente de ingreso en estos momentos es la clase de zumba online que hago para mayores. Mi chica y yo estamos preparando un curso entero de bailes latinos para youtube, facebook, instagram, para poder comercializarlo en un futuro cuando la gente vuelva a tener dinero. 

- ¿Qué obra estabais preparando en la compañía cuando se proclamó el estado de alerta? ¿Cuál era la próxima fecha de actuación? ¿Crees que se podrá mantener?
- Cuando se declaró la cuarentena estaba en una obra de teatro inmersivo Miami Motel Stories, íbamos a seguir por lo menos durante un mes. Era un gran reto pues era teatro en inglés, la primera vez que lo hago, y con cierta parte de improvisación, más difícil cuando no es tu idioma nativo. También estaba preparando con mi pareja un show de Cabaret Burlesque para un restaurante, donde había baile, canto, actuación, Drag-Queens…. Era el 31 de Marzo, y claro no lo pudimos hacer. La intención de las compañías es seguir haciendo los shows cuando todo vuelva a la normalidad o semi normalidad. 

En Miami Beach preparado para lanzarse (Foto: @pedrophotospro)
- Laboralmente, ¿en qué situación estás: baja, despido, ERTE?
- Mi principal fuente de ingresos es las clases que yo doy por mi cuenta en estudios, gimnasios, bares…. En la mayoría de ellas soy mi jefe (una especie de autónomo). Cuando no las doy, no recibo dinero, claro. Entones, estoy esperando a que pase todo esto y poder volver a todas las clases poco a poco.  

- Al margen de la cuestión profesional, ¿en qué ocupas todo el día? 
- Intento mantenerme muy activo, casi todos los días salgo a correr o en bici. Hacemos work out en la terraza con cualquier cosa que pillamos, un cubo lleno de agua, un trozo de tronco, con gomas…jejeje. Me encanta acercarme a la bahía y ver el mar. Me compré un kayak y los días soleados vamos a navegar a la bahía o a algún canal que haya cerca. También empecé a plantar un huerto, tengo una pequeña terraza que tenía un poco descuidada y planté varias semillas. Me gusta ver cómo crecen cada día. 

- Además de las cifras de enfermos y muertes, ¿Qué es para ti lo peor de esta situación? ¿Y lo mejor? ¿Te está haciendo esta experiencia descubrir algo acerca de ti mismo? 
- Lo peor de esta situación es ver la parte egoísta de algunas personas, cuando compran indiscriminadamente alcohol, papel higiénico, etc., muchas veces para revenderlo y lucrarse. También creo que los artistas vamos a estar especialmente afectados por esta situación, ya que en las clases, shows, etc., siempre hay reunión de gente, y esto va a tardar tiempo en regularizarse. Lo mejor de esta situación es que creo que va a cambiar bastante nuestra realidad, valorar más las cosas, el contacto humano, lo espiritual, … La enfermedad puede afectar a cualquiera, por mucho dinero que tenga. Todos somos iguales…. Valorar más pequeñas cosas, como dar clases, tener libertad de trabajar en lo que te gusta …

- ¿Qué harás el primer día que puedas salir libremente a la calle? 
- Por suerte, como te dije, aquí podemos salir a la calle, aquí es verano, como casi todo el año, hace un tiempo estupendo. Pero valoraré muchísimo cuando abran las playas y poder hacer kitesurf que es una de mis pasiones.  

- Con la relación tan física y tan estrecha  que hay en la danza, ¿te preocupa la vuelta al trabajo? ¿Tienes miedo al contagio? 
- No tengo miedo. Yo volveré, en cuanto me dejen, a los bailes de pareja, con ciertas precauciones, como guantes y  barbijo. Todavía, desde mi punto de vista, no se sabe mucho sobre cómo se contagia esta enfermedad o si quizá es algo relacionado con la frecuencia de nuevas tecnologías…etc. La realidad es que tendremos que convivir con ello. Confío en que encuentren pronto formas de combatirla para que no sea tan mortal y que lleguen pronto las vacunas.