viernes, 29 de enero de 2021

David Yudes: "Para mí ha sido muy emocionante bailar en mi tierra"

David Yudes en plena interpretación (Foto Dani García Morán)

El pasado 16 de enero, David Yudes, solista del Royal Ballet de Londres representó en en el Teatro de Figueres, el papel principal de El Cascanueces. Natural de Badalona, Yudes quiso aprovechar un descanso en su compañía londinense para incorporarse al elenco del Ballet de Barcelona y, junto a la primera bailarina Anna Ishii, interpretar a la pareja central de la obra de Chaikovski. 

Lola Ramírez

Según dicen los expertos, para llegar a lo más alto en este complicado mundo del ballet es imprescindible iniciarse desde muy temprano para llegar a dominar la técnica y, además,  sentir  una gran pasión por la danza, amarla, llevarla en los genes. David Yunes cumple con holgura todos los requisitos. De ahí que hoy esté considerado como una gran estrella a nivel internacional a pesar de su juventud.  

Con cuatro años ya empezaste a relacionarte con la danza en la Escuela de tu madre, Marisa Yudes. ¿Cómo fueron aquellos primeros momentos? ¿Te gustaba o ibas un poco obligado? 
- Empecé a bailar con 4 años con mi madre sí, era muy pequeño y aunque sabía que mi madre tenía una escuela de danza, realmente no tenía ni idea en qué consistía eso. Un día, después de salir del colegio, le pregunté si podía probar una clase. Me salió de dentro y pareció que fuera algo que estaba predestinado a pasar. No hubo ningún tipo de obligación y fue todo muy natural. 

Háblame de tu madre.  
- Mi madre fue bailarina durante un tiempo. Se formó en la escuela Rosella Hightower en Cannes (Francia) y allí conoció gente como Frederic Olivieri o Jean Cristophe Maillot, ahora renombrados directores de compañías europeas, y luego pasó a bailar por un tiempo en  el Ballet de Cámara de Barcelona, junto con antiguos bailarines del Ballet del Liceo, por entonces ya disuelto, y cuyo director era José Antonio Flores. Después empezó a formarse como profesora y creó la escuela de Danza Marisa Yudes en Badalona hasta la actualidad. Lleva más de 40 años enseñando sobre todo danza clásica. 

Por lo que he visto, tu carrera fue meteórica: A los 4 años haciendo demipliés en la escuela de tu madre y a los 19, si no me equivoco, ya formabas parte del elenco del Royal Ballet. ¿Cuál fue el secreto de esta trayectoria tan exitosa? 
- Realmente creo que yo siempre tuve claro dentro de mí que quería bailar y no hacerlo nunca fue una opción dentro de mi cabeza. Siempre he creído que el talento es necesario, pero no te lleva a ninguna parte sin el trabajo diario, constante y regular. Para mí eso es el 90% ¡sin duda!. Ahora sí, nunca pensé que llegaría a estar donde estoy, haber tenido una formación con unos profesores tan increíbles en la Academie Princess Grace de Montecarlo durante 4 años y, posteriormente, entrar en una de las mayores compañías del mundo, el Royal Ballet, con 17 años. ¡Ni en mis mejores sueños! 


Esta pandemia que estamos viviendo ha zarandeado nuestras vidas en todos los aspectos, personales, laborales, económicos y sociales. En el mundo de la danza el confinamiento ha supuesto serios problemas para los bailarines. Le pregunto a David por ello.

¿Cómo te ha afectado la pandemia del Covid? ¿Has pasado miedo? 
- En situaciones adversas, a veces descubrimos cosas de nosotros mismos que no hubiéramos descubierto de continuar con la vida normal. La verdad, aunque suene extraño, para mí la experiencia de esta pandemia ha sido muy muy positiva. Me he tomado todo este tiempo sin pisar un escenario para preocuparme un poco más de mí, recapacitar sobre cuáles son las prioridades en mi vida y me ha servido para darme cuenta que debemos saborear más cada momento de nuestras vidas, tanto dentro como fuera del escenario. Ha sido un tiempo de evolución personal muy grande y agradezco en parte que la vida me haya dado esta oportunidad para darme cuenta de todo esto. Por otro lado, para los bailarines han sido unos tiempos muy complicados en los que hemos tenido que mantenernos en forma desde casa y en unas condiciones difíciles, pero somos luchadores y seguimos siempre adelante pase lo que pase. La verdad es que no he tenido miedo, siempre intento coger las cosas día a día y con tranquilidad. Esto no ha sido diferente aunque sea algo de lo que nos vamos a acordar toda la vida. 

¿Cómo te lo montabas durante el confinamiento? 
- Durante el confinamiento creo que tuve suerte gracias a la situación en la que me encontraba. Menos mal que pude volver a España 2 meses después de que empezara todo y fue increíble poder usar la escuela de mi madre para impartir clases a seguidores/as y profesionales que siempre me las solicitaban a través de mis redes sociales. Las clases me sirvieron para poder estar más cerca de parte de esas personas que siempre me están apoyando y poder mantenerme en forma. La compañía en esos momentos estaba dando clases online por zoom, pero yo decidí hablar con mi director Kevin O’Hare y explicarle que iba a trabajar aquí en el estudio y él aceptó sin ningún problema. Agradezco muchísimo a la gente que me ayudó a poder mantener mi forma. Trabajé muchísimo durante ese período. Kiril Radev, un profesor increíble, trabajó conmigo día tras día durante meses. Se lo agradezco de corazón  

En Londres, donde vives normalmente, en un principio las restricciones fueron menos rígidas que en otros países. En España (y creo que en otros países también), se culpa de la fatal trayectoria de la pandemia a los gobiernos. ¿Qué opinas tú? ¿No tenemos todos cierta responsabilidad en la negativa evolución del problema? 
- Es un tema complicado. Todos los gobiernos y las personas en general, hacen lo que piensan que es mejor y, dependiendo de su cultura y de la situación específica, actúan de maneras diferentes. A todo esto hay que añadir que es algo que nuestra generación nunca ha vivido y que para nada estábamos preparados. Sí que pienso que todo el mundo podría haber hecho más en su día a día, tanto a nivel personal como para contribuir a hacerla mejorar, pero el ser humano es así, siempre mira por su bienestar y, por muchas cosas y restricciones que un gobierno ponga, es imposible controlar a toda la población. Siempre habrá personas que hagan lo que no tienen que hacer. 


Volvamos a la danza. ¿Cómo fue tu experiencia en Figueres, metiéndote en la piel del protagonista de El Cascanueces? ¿Era la primera vez que interpretabas este papel? 
- Fue genial. Era la primera vez que interpretaba este rol y me ha servido para ganar experiencia y seguir creciendo. Fue para mí muy emocionante pisar un escenario después de tanto tiempo sin hacerlo, debido al Covid. Y sobre todo, hacerlo en mi tierra. 

De todos los roles que has interpretado, ¿cual te produjo mayor satisfacción y por qué? 
- Creo que cada rol tiene su toque especial y ahora mismo no podría decantarme por uno en concreto. Mi manera de entenderlo es que todo forma parte de un proceso y que cada rol desde que entré en la compañía me ha ayudado a crecer y a estar donde estoy- Por ello todos han sido especiales. Si tuviera que decirte uno sí o sí, quizás te diría Blue Boy en el ballet “Les Patineurs” por Frederick Ashton. 

Háblame de tu experiencia en el  Ballet de Barcelona. Desde la perspectiva de un solista de una gran compañía, ¿qué aprecias de la compañía catalana? 
- Han sido unas semanas súper intensas en las que no hemos parado. Ha sido una experiencia brutal para mí, aprenderme un rol principal, ensayarlo con mi partner de esta ocasión y solo con 2 semanas de tiempo; la verdad es que he aprendido muchísimo. La compañía del Ballet de Barcelona me ha sorprendido especialmente. Es una compañía con más de 50 bailarines, todos súper trabajadores, humildes y buenas personas, con los que me he sentido uno más durante estas dos semanas, me han puesto muy fácil el adaptarme y ha sido todo un placer para mí. Del Ballet de Barcelona quizás lo que más me ha sorprendido –aparte del nivel técnico y artístico de danza– sea que es una compañía en la que todos reman hacia una misma dirección, cosa que es muy difícil de ver, aquí en Catalunya sobretodo, que la comunidad de la danza ha siempre estado muy dividida y falta de apoyo entre nosotros mismos, incluso a veces lo contrario, intentando sacar de en medio a la gente que está empezando proyectos y haciendo las cosas bien, algo inconcebible. Posiblemente esa es una de las razones por las cuales la danza clásica aquí, en España en general, está quizás menos evolucionada que en otros sitios. Hay que señalar que tanto Chase Johnsey como Carlos Renedo y Carolina Masjuán, los directores del Ballet de Barcelona, unas personas maravillosas y justas, están haciendo un trabajo fantástico. Es, sin duda, la compañía de danza clásica a la que tenemos que dar todo nuestro apoyo aquí en Catalunya, hacer que crezca todo lo posible y conseguir de una vez por todas remar en una misma dirección para hacer grande la danza en nuestro país.

¿Quien fue tu pareja en este ballet? 
- Anna Ishii. Ha sido verdaderamente increíble trabajar con ella de principio a fin.

Para terminar, ¿cómo afrontas el futuro? ¿En qué situación te encuentras? ¿Afecta de alguna manera el Covid a tu contrato con el Royal Ballet? ¿Cuándo te reincorporas a la compañía? 
-  Me siento muy tranquilo y muy abierto de cara al futuro, como digo siempre, partido a partido y momento a momento. Solo sé que voy a intentar vivir cada experiencia al máximo tanto en mi vida profesional como personal. Tengo previsto volver a Londres el 30 de Enero para empezar de nuevo con los ensayos en Febrero y ver poco a poco como se desenvuelve toda esta situación, que espero de verdad que se encuentre en el tramo final. Mi contrato no se ve afectado en nada ahora mismo y todo va a seguir como estaba previsto: volver a la normalidad cuanto antes para poder hacer lo que más nos gusta a los bailarines, que no es otra cosa que bailar.