Bonito primer plano de Nina Ananaishvili |
Como bailarina, Nina Ananiashvili posee una de las más admirables carreras con las que cualquier artista pueda soñar. Un amplio repertorio en las más reconocidas compañías del mundo, incluyendo Balanchine con el New York City Ballet, Ashton y MacMillan con el Royal Ballet, Bournonville con el Royal Danish Ballet, además de los años como principal en el Bolshoi y en el American Ballet Theater. Reclamada por el presidente de su país para devolver el esplendor que en el pasado tuvo allí el ballet, actualmente dirige la compañía nacional de Georgia, con sede en el magnífico teatro de la capital, Tiblisi.
Carolina Masjuan
Tuvimos la oportunidad de entrevistarla con ocasión
de la presentación de la Compañía en el Centre Cultural de Terrassa, tal y como
informamos en Ballet y más, en este enlace
Antes que nada, muchas gracias por su tiempo Nina,
estamos realmente encantados de su visita y de la oportunidad de conocer su
compañía y además poder verla bailar a usted. Creo que empezó como patinadora,
llegando a ser la campeona junior de Georgia pero a los diez años decidió
convertirse en bailarina.
¿Por qué ese cambio del patinaje al ballet?
Como Odile con Ángel Corella como Siegfried en el Lago de los Cisnes en el MET Foto: Erin Baiano |
En realidad yo era muy feliz patinando y había
tenido mucho éxito en los campeonatos junior de Georgia, pero mi entrenadora
montó para mi La Muerte del Cisne con música de Saint Saëns y aquello cambió mi
vida. Mi madre me confeccionó un precioso tutú con plumas reales y me encantó.
Entonces ella me animó a probar en el ballet diciéndome que podría ser quien
quisiera, aoptar muchas personalidades distintas, una princesa, una heroína y
llevar bonitos vestidos y tutús, así que con diez años dejé el patinaje por el
ballet.
¿Qué significa el ballet para Usted?
El ballet lo es todo para mi. Soy completamente
feliz haciendo lo que me gusta. Me he pasado más de treinta años bailando y
viajando por todo el mundo encontrando gente maravillosa... ¡el ballet es mi
vida!
Russia tiene unos fantásticos bailarines así como
maravillosas compañías y teatros pero también hay una parte oscura que implica
grandes dosis de celos, envidia, afán de poder... más que en cualquier otro
sitio, ¿cual cree que pueda ser la razón?
Es verdad que Rusia es un país increíble para el
ballet, me siento muy feliz de haber podido ir allí a empezar mi carrera
profesional y aprender con unos maestros y repetidores tan buenos, como Natalia Zolotova con
la que estado trabajando veintitrés años y que me enseñó muchas cosas que ahora
yo misma estoy transmitiendo a mis estudiantes. En cuanto a las historias de
celos e intrigas, creo que todo teatro tiene las suyas, es algo normal en el
mundo del arte y del ballet. No sé qué es lo que está pasando en el Bolshoi,
quizás sea debido a que Rusia está cambiando mucho, hay más libertad, se ha
pasado de un sistema muy controlador como era el comunista a otro mucho más libre
y hay gente que cree que puede hacer lo que quiera. No entiendo la razón, pero
al mismo tiempo creo que antes la disciplina y el control era muy fuertes y
este tipo de cosas que están pasando ahora eran impensables...
¿Había bailado antes en España?
Nina Ananaishvili en Les Sylphides (o Chopiniana). |
Sí, sí que bailé,
aunque no mucho. Lo hice en alguna Gala con Alexei Fadeyechev, se trataba de
galas internacionales en las que también actuaban bailarines de la ópera de
París y de otras compañías. Creo que si no vinimos más a menudo fue porque
España no tiene realmente una compañía nacional de ballet, en cambio en Italia,
Francia, USA, nos invitaban y actuábamos mucho más allí. Es una pena, porque
este país es muy hermoso y España es muy conocida y tiene unas maravillosas
danzas que estudiábamos y bailábamos en la escuela, además de que hay mucho
talento para el baile y debería tener una buena compañía de ballet.
Tendremos la gran
suerte de verla en escena y nos consideramos muy afortunados ¡muchas gracias
por este regalo! ¿Echa mucho de menos bailar? ¿Lo hace muy a menudo?
¡Muchas gracias!
Estoy realmente encantada de estar de nuevo en España después de tanto tiempo,
aunque baile sólo una pequeña pieza, pero se trata de La Muerte del Cisne una
de mis favoritas desde que tenía diez años. Me siento muy feliz de bailar para
el público español otra vez y espero que no sea la última. Por ahora no echo de
menos el escenario porque aún bailo mucho, no sólo en Georgia si no por todo el
mundo, pero lo que sí echo de menos es Nueva York y mi público del MET. Ahora
solo voy a América dos o tres veces al año, así que eso sí lo echo de menos,
bailar para ellos.
¿Cuál era el repertorio de la compañía cuando
Usted se hizo cargo de ella? ¿Hizo muchos cambios?
Nina despide emocionada a Ángel Corella tras entregarle él un ramo en Terrassa por su actuación en La Muerte del Cisne. Foto: Josep Guindo |
Volví a Georgia en
2004 invitada por el Presidente de Georgia. El país estaba realmente mal, la
gente no tenia empleo ni cobraba ningún salario, no tenían luz ni calefacción,
era una situación muy difícil debido a la gran crisis económica, parece que ahora
se está olvidando pero era una época realmente oscura, dentro y fuera... Así
que encontré un repertorio muy pobre, con escenografía y vestuario en muy mal
estado, porque se habían enfrentado a más de veinte años con problemas
constantes por todos lados, pero gracias al apoyo del gobierno y a la gente que
había continuado trabajando en el teatro y que nunca dejó de hacerlo, pudimos
empezar a actuar. Empecé por cambiarlo todo, invité a ex colegas del Bolshoi y
del Mariinsky quienes estuvieron encantados de apoyarnos. Bailaron con nosotros
en Tiblisi en numerosas ocasiones, contribuyendo a reconquistar la reputación
de la compañía. También ayudaron a que los bailarines mejoraran artísticamente
y junto con bailarines de otras compañía y antiguos maestros y personas
relacionadas con la danza del propio ballet en Georgia, conseguimos ir
mejorando y aumentar nuestra calidad como Compañía. Todos trabajamos realmente
duro y creo que hicimos un gran trabajo, ya que en tres años conseguimos poner
en escena producciones totalmente nuevas. Nuevos ballets, repertorio clásico,
programas Balanchine y ahora, cuando es mi décimo año al frente del Ballet de
Georgia, tenemos cincuenta y cuatro producciones, una de ellas totalmente
creada y puesta en escena en Georgia, así que me siento orgullosa de lo que
hemos conseguido todos juntos, mi gente, mis bailarines y el equipo
administrativo de aquí, de Tiblisi.
¿Hacen muchas
giras?
Hemos hecho varias
giras en Estados Unidos recibiendo muy buenas críticas, también hemos actuado
en el Festival de Charleston, en Japón hemos estado tres o cuatro veces, también
por Europa, aunque no España hasta ahora... Pero ya sabe, son tiempos difíciles
debido a los problemas económicos por todo el mundo. Traer a una compañía es
muy caro, pero estoy muy agradecida a la gente que hace posible las giras
porque esto es sumamente importante para la cultura y para las nuevas
generaciones. Que los niños y jóvenes crezcan teniendo acceso y conociendo
otras culturas, compartiendo otras formas de arte, saber qué se hace en otros
países, les hace crecer como personas. No sólo hay que pensar en términos
económicos, si no también en términos de formación artística y cultural. Admiro
a la gente que lo hace posible.
¿Cuales son sus recuerdos de sus 16 años en el ABT?
¿Cuales son sus recuerdos de sus 16 años en el ABT?
Nina en su despedida del ABT en el MET, con Kevin McKenzie y sus compañeros durante esos dieciséis años. Foto: Erin Baiano |
¡Me sentí tan feliz
al conocer a Kevin McKenzie que había venido directamente a Londres mientras yo
estaba bailando allí para invitarme a unirme al ABT! Estaba contactando con
artistas ya que él acababa de ser nombrado director del ABT. Me fui a New York
y me estrené con Swan Lake con Julio Boca y después de dieciséis años, hice
mi despedida también con Swan Lake, esta vez con Ángel Corella. Tengo muchos
recuerdos de esos dieciséis años porque
bailé muchos ballets con maravillosos partenaires, gente fantástica con la que
trabajé mucho y que nunca olvidaré. Aunque era muy difícil bailar en los Estados
Unidos, también era muy feliz al hacerlo en Nueva York porque ese público te
provoca unos sentimientos que no puedes explicar, solo puedo decir que es
increíble, muy emotivo, muy cariñoso. Es alucinante cómo repiten y repiten un
mismo ballet en la misma temporada y año tras año, cómo se esperan después de
la función durante más de dos horas, solo para agradecerte tu actuación,
decirte cómo les has gustado, expresar sus emociones o pedirte un autógrafo...
nunca jamás he encontrado un público igual, excepto tal vez en Japón, así que Nueva
York es especial por todo eso y por, como he dicho, los fantásticos ballets que
bailé allí.
¿Y acerca de
nuestro admirado bailarín Ángel Corella?
Sólo puedo decir
cosas buenas de Ángel Corella. Hemos bailado muchas veces juntos, Mozartianna, Snow Maiden, Swan Lake y muchos
otros ballets. ¡Es un bailarín maravilloso! Cuando le ví por primera vez quedé
en estado de shock a causa de su increíble expresión en el escenario, su
personalidad, su felicidad y alegría al encontrarse en escena, que resultaban
tan evidentes y además ¡técnicamente tan fuerte! Me sentí tan feliz al verle
crecer, mejorar y madurar como artista, volviéndose más lírico. Fue muy bonito
seguir su maravillosa carrera en el ABT.
Su despedida en
el MET fue muy emotiva pero a la vez sorprendente, ¿Habían planeado ese
instante inusual con Ángel y Marcelo?
Nina con su hija en los saludos tras su despedida del ABT. Foto: Erin Baiano |
Había hecho una
última temporada maravillosa cuando decidí despedirme del ABT. Tenía mucho
trabajo en Georgia y además mi hija estaba creciendo y me necesitaba a su lado.
Decidí irme con Swan Lake porque me estrené con Swan Lake y tuve esos
maravillosos partenaires Ángel Corella y Marcello Gomes y en el último minuto decidí
que tenía que hacer algo especial, aunque no sabía exactamente qué, pero de
pronto se lo expliqué a los chicos y les pedí que no se lo dijeran a nadie, que
tenía que ser una sorpresa, ni siquiera Kevin McKenzie lo sabía y cuando lo
hicimos fue fantástico, muy emocionante. Nos sentimos como chiquillos y el
público lo disfrutó muchísimo. Se trata de una función que no olvidaré jamás,
fueron tantas cosas para recordar... el director de orquesta Ormsby Wilkins me
regaló su batuta, luego Ángel me abrazó, los bailarines del cuerpo de baile aparecieron
es escena regalándome flores, luego los principales, los maestros y todo el
mundo estuvo allí y fue un día increíble. Casi no podía aguantarme las lágrimas,
pero pensé, no llores, no dejas de bailar y ¿quien sabe?, tal vez,en alguna
otra ocasión aún puedas volver a bailar en el MET antes de que lo dejes, no sé, sólo puedo
decir que fue algo muy profundo y maravilloso...
¿Está al
corriente de la hazaña de Ángel al intentar establecer una compañía de ballet
clásico en España y del poco apoyo que tiene, no del público, si no de los
políticos?
¡Me sentí tan feliz
cuando Angel me contó que creaba una compañía de ballet en su país! porque
conozco muchos grandes bailarines españoles lo cual significa que hay mucho
talento y buenas escuelas. Estoy un poco triste porque tendría que haber una
buena compañía de ballet en España para todos ellos y, claro, un apoyo económico
es imprescindible, porque sin él es imposible crear una compañía. Confío en que
el gobierno o mediante aportes privados, se le ayude porque un gran nombre como
el suyo puede aportar mucho y ya ha demostrado que el éxito del proyecto
estaría asegurado. Es que resulta realmente difícil crear y dirigir una
compañía, no es nada fácil. Aunque cuando se vea bailar a un bailarín clásico no
se perciba el esfuerzo, no es así para nada. Hacer buenas actuaciones y
organizar y dirigir una compañía, requiere grandes dosis de esfuerzo y mucho
talento. Así que todo mi apoyo y buenos deseos a esta gente que ama el ballet y
que lucha por él y espero que este maravilloso teatro que tienen ustedes en
Barcelona esté muy pronto lleno de hermosos bailarines dirigidos por este
artista excepcional que es Ángel Corella.
¿Cómo ve el
futuro del ballet y la danza?
Nina Ananiashvili en Bizet Variations de Alexei Ratmansky. |
¡La historia del
ballet es tan antigua! Compañías como por ejemplo el Bolshoi o el Royal Danish Ballet,
que cuentan ya con más de doscientos cincuenta años de existencia, significa que la gente está interesada en el
ballet, si no fuera así ya habrían desaparecido. Ahora mismo la calidad del
ballet es altísima en todo el mundo, hay muy buenos bailarines que salen de
escuelas privadas, lo cual antes era imposible, así que técnicamente el nivel
es mucho más alto que antes. Antiguamente sólo existían los grandes teatros en
Rusia, Paris, Londres o Nueva York, ahora casi cada ciudad importante, tiene su
propia compañía o escuela lo cual
significa que hay un interés y que a la gente le gusta. También han proliferado
pequeñas compañías de danza moderna, así que pienso que existe un gran futuro
para el ballet y la danza en general.
Además, también en el arte dramático, he
observado en estos últimos años que hay una gran influencia de la danza en él.
Muchos directores dramáticos cuando ponen en escena nuevas obras, usan más y
más bailarines o actores bailando. Las distintas manifestaciones artísticas están cada vez más cerca unas de otras. Los
actores aprenden como moverse en escena, así que creo que hay un gran futuro para
el ballet pero hay que velar por la calidad, no todo vale, ni mucho menos.
Ahora, con internet, la gente tiene acceso a mucha información, youtube permite ver
muchas cosas, lo cual hasta cierto punto ayuda pero al mismo tiempo también
destruye el arte porque la gente puede estar menos predispuesta a acudir al
teatro a ver un ballet y lo que puedo
afirmar rotundamente es que nada, nada, puede sustituir la experiencia de una
función en directo. La magia que se desprende de ello y la comunión del público
con los artistas, que de algún modo participa conjuntamente en la creación del
espectáculo, los sentimientos que se experimentan, las emociones que se
viven... es algo que nunca se repite otra vez,. Ese momento compartido con los
artistas es único, especialmente en ballet, porque un espectáculo de danza lo
tiene todo, es visual, musical y aporta belleza
en escena, esto es por lo que creo que es realmente una manifestación artística
única.
¿Cuales son sus planes
para el futuro?
El Ballet Estatal de Georgia que dirige Nina Ananaishvili en Serenade durante su actuación en Terrassa. Foto: Josep Guindo |
Nina se despìdió de Terrassa saludando junto a su compañía con una bandera de Georgia, agradecida a un país que pese a estar en una situación económica de gran penuria, supo entender cuanto aportaría traer de vuelta a su gran estrella del ballet, para aumentar el nivel cultural de la población y alimentar su alma. La gente, en cualquier circunstancia, tiene que poder soñar y enriquecerse espiritualmente, sin olvidar el retorno económico para el país por la atracción que supone visitar una ciudad y poder acudir a su teatro y disfrutar de su compañía de danza, sobretodo cuando es dirigida por alguien mundialmente conocido. Gracias Nina, ojalá cunda el ejemplo de Tiblisi en Barcelona.
Nina, saludando con toda la compañía tras la función, enarbolando la bandera de su país, Georgia. Foto: Josep Guindo |