David Rodriguez en Sweet, Sweet, Sweet de Marco Goecke. Foto: Ruper Larl |
Por pura casualidad nos enteramos de que en la pequeña localidad de Bescanò, en la provincia de Gerona, se organizaba una gala de danza en beneficio de la lucha contra el cáncer. Los nombres de los bailarines implicados llamaron nuestra atención, todos ellos de la provincia de Gerona, actuando gratis por una buena causa y por el placer de bailar en su tierra, pero el artífice de todo ello era un joven bailarín que confesamos con rubor, mucho, no conocíamos anteriormente.
Una vez puestos en contacto y a pesar de no haber asistido a la gala por haber adquirido otros compromisos previos, muy amablemente nos concedió la entrevista que ahora publicamos y que nos ha emocionado y sorprendido a partes iguales. Muchas gracias David, por ser como eres y por habernos abierto tu corazón. Confiamos verte pronto en escena y esperamos que nuestros lectores se emocionen tanto como nosotros. En breve seguirá una reseña sobre la Gala que él organizó.
Carolina Masjuan
Háblanos un poco de tí, de tu trayectoria como bailarín y de tu forma de entender la danza.
Desde que era bien pequeño el mundo del escenario me ha fascinado. Recuerdo jugar a hacer obras de teatro, imitar a personajes que veía por la tele, disfrazarme, cantar, bailar... Creo que ha sido parte de mi desde que tengo memoria. Me llena y me emociona. El escenario es para mi una herramienta fantástica de comunicación y la uso como tal. Uno puede expresar sentimientos muy profundos a los espectadores y al mismo tiempo recibir la reacción que tienen éstos, su respuesta a aquello que les propones. Simplemente apasionante. Este afán de comunicación artística es lo que motivó a mis padres a inscribirme en una escuela de música y piano a la edad de cinco años. Me gradué como pianista con 18 años en el Conservatorio de música Isaac Albéniz de Girona. Durante este tiempo estudié teatro en la escuela El Galliner de Girona, y participé en varias obras con el grupo Proscenium de la misma ciudad y en todos los proyectos teatrales que mis horarios escolares me permitían. Vivía para respirar teatro. Visto con perspectiva, ahora me doy cuenta que sin querer o sin ser consciente de ello, ya estaba diseñando mi destino: una vida en teatros para expresar mis más profundos sentimientos, mis alegrías y mis angustias. La vida es muy inteligente, siempre te lleva al sitio adecuado si uno sabe escuchar y seguir al corazón.
David Rodríguez. Foto: Regina Brocke |
Al contrario de lo considerado "normal", el arte de la danza llegó tarde para mí. Mi madre había realizado cursos de danza y fue entrenadora de gimnasia rítmica, por lo cual desde pequeño he estado influenciado por su sensibilidad por el movimiento y las posibilidades del cuerpo. Aún así, no fue hasta los 16 años cuando una amiga con la cual iba al instituto me propuso acompañarla los viernes al grupo folclórico Esbart Fontcoberta de Banyoles. Acepté y en seguida aprecié que la danza poseía algo muy misterioso de lo cual mi alma no podía escapar. Maria Elvira Buck Gili, maestra de ballet, vio una actuación del grupo folclórico y me lanzó la pregunta: ¿Quieres venir a tomar una clase de ballet? Aunque al principio tuve mis dudas, acepté el reto.
La semana que cumplí los 17 años tomé mi primera clase de ballet con ella. Rápidamente me cautivó y comencé a prepararme parar realizar la prueba de acceso al Conservatorio de danza del Institut del Teatre en Barcelona. Me aceptaron y estudié allí un año. Motivado por mi admiración por el coreógrafo Maurice Béjart, audicioné para su escuela y obtuve una beca para formarme en Rudra Béjart en Lausanne. Allí aprendí realmente la profesión de bailarín y me preparé para el mundo laboral. Entendí también una cosa fundamental que todo bailarín ya intuye de forma natural: la Danza es sagrada. Cada gesto, cada movimiento contiene en sí mismo un sinfín de significados, emociones... una auténtica revelación. Danza y espiritualidad van cogidas de la mano en mi vida y en mi trabajo. Lausanne fue una experiencia intensa y mágica al mismo tiempo.
Cuando acabé mis estudios estuve un año en la compañía Béjart Ballet Lausanne como aprendiz. Posteriormente me uní a la compañía Nacional del Tirol (Tiroler Landestheater), en Innsbruck, bajo la dirección del catalán Enrique Gasa Valga. A él le debo mucho, por su insaciable compromiso con el público, su afán de superarse y por todo el apoyo que recibí como bailarín en su compañía. En ésta tuve la oportunidad de bailar como solista en muchos ballets de Enrique y de otros coreógrafos invitados como Natalia Horecna, Angel Rodríguez y Bridget Breiner, entre otros.
David en Nijinsky. Foto: Marco Goecke |
Cuatro años después, Eric Gauthier, director de la compañía Gauthier Dance//Theaterhaus Stuttgart me propuso un contrato y acepté, con ganas de probar un repertorio diferente. Desde entonces trabajo en Stuttgart y bailo piezas de diferentes coreógrafos como Marco Goecke, Hans van Manen, Jirí Kylián, Alexander Ekman, Guillaume Coté, Hofesh Shechter, Ohad Naharin, Andonis Fonidiakis y Mauro Bigonzetti entre muchos otros. Es una compañía que ofrece un repertorio neoclásico y contemporáneo, y me fascina el reto de llegar a ser un bailarín lo más versátil posible. Las giras internacionales por Canadá, Estados Unidos, Tailandia, Israel, Rusia, Italia, etc. no hacen más que acentuar mi motivación para trabajar con ésta compañía. El pasado diciembre tuvimos la oportunidad de bailar en Madrid en los Teatros del Canal para Madrid en Danza con el ballet Nijinsky de Marco Goecke (creación para Gauthier Dance), en el cual bailo el rol de Diaghilev.
Estoy graduado en Humanidades por la UOC (Universitat Oberta de Catalunya), concretamente en la especialidad de Gestión Cultural. Tengo fe devota en la relación entre danza y educación, y cuando puedo intento involucrarme en investigaciones al respeto. He realizado algunos artículos publicados en revistas científicas como APUNTS, GRAÓ y Eucatio Siglo XXI.
¿Cómo surgió esta iniciativa de Bescanó?
Hace un año algunos bailarines de Girona quedamos para cenar y salió el tema de que nunca hemos tenido ocasión de bailar en nuestra tierra. Muchos bailarines se mostraban tristes porque sus familias no los habían visto nunca bailar. Todos sabemos que en España no hay un mercado laboral suficiente para dar trabajo a los fantásticos bailarines que este país ofrece. Pensé que podríamos organizar un evento en el cual los bailarines de la provincia de Girona pudieran bailar para el público de casa. Hace tiempo que estoy muy sensibilizado con el tema del cáncer por motivos personales y familiares y pensé que podríamos bailar para una buena causa. Fue entonces cuando me puse en contacto con la Fundación Oncolliga Girona. Lluisa Ferrer, presidenta de la fundación, acogió la idea con emoción y me dio carta blanca para organizarlo.
David en Ballet 101 de Eric Gauthier. Foto: Ruper Larl |
Como estoy metido en el estudio de la gestión cultural gracias a la universidad, me propuse tirar el proyecto adelante. Me puse en contacto con bailarines de la provincia que están trabajando profesionalmente en compañías nacionales e internacionales. Mi ilusión en esta gala ha sido reunir a estos fantásticos profesionales de la provincia y acercarlos al público de Girona. ¿Tiene la gala un punto reivindicativo? Ciertamente sí. La calidad artística y profesional de nuestros bailarines merece que el país se encargue de darles trabajo digno y un reconocimiento justo. Por otra parte, el objetivo de la gala ha sido recaudar fondos para el servicio de oncopsicología y para el banco de pelucas que ofrece la fundación Oncolliga Girona.
Al inicio la idea era realizar la gala en el teatro municipal de Girona, pero ésta debía hacerse a finales de Julio por cuestiones de agenda de los bailarines, y precisamente el teatro está cerrado por estas fechas. Las dificultades prácticas y legales vencieron mi insistencia. El Teatre de Bescanó se presentó como una opción alternativa y acepté, ya que los bailarines estaban entusiasmados con el proyecto y quería llevarlo a cabo. Bescanó está muy cerca de Girona y pensé que sería posible. Me arriesgué mucho al programar dos galas, el 27 y el 28 de Julio, ya que el teatro no tiene tradición de danza y son fechas difíciles para conseguir público para una iniciativa nueva de danza.
Para sorpresa de muchos, las entradas se han agotado los dos días, y mucha gente se ha quedado sin poder ver el espectáculo. Lo considero un éxito y una prueba de que efectivamente cuando se ofrece buena danza, el público responde, viene al teatro y disfruta. De esta manera, la respuesta del público ha sido excelente. Diferentes personas vinieron a verme para decirme que nunca les había interesado la danza, pero que el espectáculo les había entusiasmado tanto que desde ahora en adelante iban a prestar atención a este arte. ¡Qué alegría para mis oídos! Creo firmemente que eso se debe al amplio abanico de estilos diferentes de danza que ha ofrecido la gala, haciendo que el público descubra lo que más le gusta y goce de ello. Toda una satisfacción para mi y para todo el equipo de la gala. ¡Ya hay demanda para una segunda edición!
Foto de la Gala. Foto: Hayim Heron |
¿Ya os conocíais los bailarines de Girona participantes? ¿ha sido fácil animarles a que participaran?
Los bailarines han respondido con mucho entusiasmo. Desafortunadamente, por cuestiones de agenda no he podido reunir a todos los profesionales de la provincia, pero en esta primera edición he podido contar con nueve: Tess Buck Gili, Marià Huguet, Antonio Izquierdo, Marc Balló, Virgina Joëlle López, Chantal Soler, Andrea Fernández, Pere Planas y yo mismo. Estos bailarines han bailado con mucho corazón en esta gala con otros bailarines de sus respectivas compañías. De la compañía donde trabajo, Gauthier Dance/Theaterhaus Stuttgart, han venido tres: Luke Prunty, Sandra Bourdais y Maurus Gauthier. Les estoy muy agradecido!
La mayoría de los bailarines invitados ya los conocía anteriormente, pero también han bailado otros que hasta el momento no nos habíamos cruzado, por ejemplo las dos bailarines de danza española: Andrea Fernández y Chantal Soler con las que ha sido un placer coincidir para este evento tan especial. Desde el inicio quería que la gala sirviese también como punto de encuentro entre distintos profesionales de la provincia. De estos encuentros se puede aprender mucho y formar vínculos para futuros proyectos. Además, ha sido un placer contar con la joven pareja de bailes de salón Pere Planas y Núria Pérez. Es raro poder gozar de los bailes de salón en el contexto de un teatro. Considero que ha sido un reto pero hemos obtenido un resultado fantástico que el público ha apreciado.
David en un ensayo. Foto Regina Brocke |
Creo que actuáis de forma totalmente desinteresada. Siendo una gala benéfica imagino que el fin motiva, pero supongo que también, como ya has apuntado, la oportunidad de bailar en casa, ¿no?
¡Exactamente! Las familias de los bailarines están muy agradecidas por este evento porque ha hecho posible que pudieran ver a los suyos bailar en casa. Muchos abuelos no pueden viajar a Londres, Hamburgo o Polonia por cuestiones prácticas, económicas o de salud. Esta gala ha sido un sueño hecho realidad para muchos de ellos, entre ellos los míos. Esto me llena el corazón. La causa benéfica de la gala ha motivado profundamente a los bailarines a participar de forma desinteresada, siendo el cáncer uno de los problemas de salud que más afecta a la sociedad de hoy en día. Estoy muy contento que a través de la danza, una de las artes con la que me siento más identificado, puedo poner mi grano de arena para una causa tan importante como ésta. Voy a seguir intentando colaborar en la lucha contra el cáncer a través de la magia de la danza.
Hay mucha variedad de estilos en el programa. ¿Cómo has organizado la Gala?
La gala contiene piezas más clásicas, de coreógrafos como Kenneth MacMillan y John Neumeier, y piezas más contemporáneas, de coreógrafos como Alejandro Cerrudo, Nadav Zelner y Po Cheng Tsai. También se han podido ver otros estilos como los bailes de salón, danza sufí y flamenco. Además, hemos contado con la participación del grupo folclórico Esbart Fontcoberta de Banyoles para la apertura de la gala. Debo confesar que ha sido una elección muy personal porqué es el grupo en el que empecé a bailar así que contiene un valor sentimental para mí. Al público le ha encantado porqué se puede ver a 18 bailarines en el escenario bailando "Marina", una danza tradicional catalana.
La organización de la gala no ha sido fácil pero las ganas pueden con todo. Mi familia me ha apoyado en todo momento y se han volcado con pasión para la causa. Tengo que admitir que es difícil organizar un evento de estas dimensiones a distancia... Hubiera sido mucho más fácil estando en Girona. Pero por suerte hemos contado con la colaboración de la Fundació Oncolliga Girona y de voluntarios que han facilitado algunos trámites.
David Rodríguez. Foto: Regina Brocke |
El resto se ha hecho a golpe de tecnología: Whatsaaps, emails, llamadas, Skype, etc. Hemos conseguido algunos patrocinadores que también han facilitado los costes, entre ellos RM Agència Immobiliària, el Ajuntament de Bescanó, Suport Vertical, Giroimatges, The Classical Ballet School of Maria Elvira Buck y la escuela de danza Cont-Class de Girona. Desde mi punto de vista es imprescindible crear vínculos de colaboración entre las instituciones públicas y las empresas privadas para poder llevar a cabo la financiación de proyectos culturales.
Elaboré un horario en función de la disponibilidad de los bailarines y dos días antes de la gala empezaron los ensayos técnicos de cada pieza en el Teatre de Bescanó. El actor y dramaturgo Martí Peraferrer se encargó de la presentación de la gala de una forma impecable. Es un profesional con mucho carisma y una persona con un corazón enorme, así lo ha demostrado en la gala. Hemos trabajado bien juntos y espero poder colaborar con él otra vez en futuros proyectos.
¿Tienes a menudo oportunidades de bailar en Cataluña?
No bailaba en mi tierra desde que marché para estudiar en la escuela de Maurice Béjart. Así que se puede decir que como profesional esta gala ha representado la primera vez que el público catalán me ha podido ver. ¡Espero que salgan otras oportunidades! Creo que hay mucho por hacer pero soy de naturaleza optimista.
¿Qué opinas en general de la situación de la danza en Catalunya?
Hay propuestas muy interesantes, pero que no siempre llegan a realizarse o mantenerse por fallos en la gestión, falta de presupuesto o de apoyo institucional, etc. Está claro que en Catalunya hay mucho talento, y hay que dar posibilidades de trabajo a ese talento. Creo que el secreto es empezar con proyectos que realmente sensibilicen al público. Las instituciones no están acostumbradas a grandes compañías de danza, desconocen las profesiones de este arte y el funcionamiento real de una compañía. Por otra parte hay que educar al público, hay que acercar la danza y los bailarines a éste. Esto es para mi fundamental, no se puede construir una casa empezando por el tejado, ¿no?
Ensayo Nijinsky de Marco Goecke. Foto: Regina Brocke |
Por nuestra parte, si se consigue que el público se entusiasme con la danza, las instituciones se van a ver obligadas a dar una respuesta a esta necesidad pública. De todas formas considero que la cultura es un derecho fundamental de un estado democrático y las instituciones públicas deberían promoverlo sin necesidad de un ruego constante. Una posibilidad sería empezar motivando y acercando el arte de la danza a las escuelas... No es fácil, pero no es imposible. Soy del parecer que se debe luchar para la integración de la danza en las escuelas como parte del currículum educativo, ¡los beneficios serían inmensos!
Hay muchos festivales y muy buenos, pero una compañía de danza estable puede aportar un sinfín de cosas que una programación de danza en un festival no puede conseguir, cómo por ejemplo el sentimiento de orgullo y pertinencia de un pueblo con su compañía.... Hay que conseguir que el pueblo siga una compañía de danza con la misma afición con la que se siguen los clubs de fútbol!
¿Sabes de la compañía que hubo en el Liceu durante tantos años en la época del Maestro Magriñà?
El maestro Magriñà representa un pilar fundamental en la historia de la danza en Catalunya, y le debemos mucho. Me fascina su capacidad, ya en ese momento, que tenía para relacionar la danza con otras artes como la pintura y la música. En ese sentido trabajó con grandes artistas como Pau Casals y Joan Miró. Además, no hay que olvidar todo el trabajo pedagógico que realizó y los bailarines que formó en el Institut del Teatre i en el Conservatorio del Liceu. Aportó a Barcelona aquello que había aprendido de Serge Lifar en París. Me parece muy triste que un teatro como el Liceu de Barcelona no tenga hoy en día una compañía de ballet estable... simplemente surrealista...
David Rodríguez. Foto: Regina Brocke |
¿Conoces el programa Ibstage? ¿Qué opinas?
Desafortunadamente nunca he podido ir en persona a verlo porque siempre estoy trabajando por estas fechas. Pero se ha ganado el reconocimiento internacional en los últimos años y me parece un programa muy interesante, precisamente porque da la posibilidad a jóvenes bailarines de tener una experiencia profesional y trabajar con maestros de renombre. Independientemente de la gala, que he oído que es espectacular, me interesa en particular su labor educativa y el compromiso que presenta con los jóvenes talentos de la danza clásica.
Y sobre la formación del Ballet de Catalunya ¿estás al corriente?
He leído la noticia. Toda iniciativa para crear una compañía de danza estable de calidad, sea cual sea su estilo, me parece interesante y un proyecto digno de apoyar.
Espero realmente que funcione y que pronto podamos gozar de un cuerpo de baile estable que ofrezca una vida laboral digna y reconocida a los increíbles bailarines que ofrece este país. ¡Sería un orgullo para todos!