Aleix Martínez. Foto: Ivan Urban |
Aleix
Martínez, el bailarín catalán ganador de la primera plaza en el
prestigioso concurso de ballet Internacional de Lausanne en 2008,
integró las filas del Ballet de Hamburgo donde ha ido subiendo
escalafones hasta convertirse en solista. Le hemos seguido desde sus
inicios en la escuela de David Campos y en esta ocasión nos hemos
desplazado a Venecia donde actuaba junto a su compañía en el Teatro
La Fenice.
Carolina Masjuan
Después
de una temporada llena de estrenos -y éxitos-, ahora en Venecia con
la Tercera Sinfonía de Mahler y la próxima semana estreno de tu
obra Origens en Collbató (Barcelona) ¿cómo se consigue llevar este
ritmo?
Bueno
yo soy una persona muy inquieta, siempre estoy con algo en la cabeza
y además el trabajo del año pasado en Sant Pere de Rodes fue tan
enriquecedor que no he dudado en volver a montar un espectáculo este
verano en Cataluña.
Se
estrena el próximo sábado 24 de Julio y cuento
de nuevo con el músico de arpa José Antonio Domene con el que ya
colaboré
el año pasado en Sant Pere de Rodes. Se
trata de una
coreografiá inspirada en el interior de la montaña de Montserrat,
las coves del Salitre de Collbató, un
espacio increíble con una magnífica
sonoridad natural que
aportan las paredes de la cueva. Esta vez son sólo dos los
bailarines, Marc Jubete y Josianne Fleming que están maravillosos.
Cuando
acabemos estas representaciones me voy directamente
allí para acabar de
ensayarlo, luego marcho a Kuala Lumpur donde me espera el ídolo de
bronce de La Bayadère y luego a Melbourne para la exposición
fotográfica sobre Nijunski.
Aleix como James en La Sylphide en Kuala Lumpur en 2014 |
¡Vaya
agenda! ¿Y descanso cuando?
Unos
días en la Costa Brava, como cada año, eso es imprescindible para
desconectar, cargar pilas y sobre todo para inspirarme.
La
tierra tira, tanto talento como tenemos y tan poco
reconocimiento... ¿Qué crees que se podría hacer para que se dieran
cuenta desde la administración del valor cultural que se está
dejando escapar?
No
sé cual podría ser la solución ya que es un tema de mentalidades y
eso es muy complicado cambiarlo. Hay el Mercat que está bien para contemporáneo y nuevas propuestas, pero falta un circuito de danza clásica y
neoclásica. Es como si sólo hubiera restaurantes de sushi y no se
pudiese disfrutar de la dieta mediterránea, nadie lo entendería,
pues pasa lo mismo con la danza, sólo se potencia un estilo, en
cambio hay otro público que demanda clásico y neoclásico y casi no
puede disfrutarlo en Cataluña.
Pero
no hay que perder la esperanza, igual algún día se puede conseguir
algo, somos muchos los que desde muchos ámbitos intentamos que las
cosas cambien.
Tu
espectáculo sobre Dalí (crónica en
ballet y más aquí) debería haber girado....
Lo
hemos intentado pero no ha habido interés, ni en el Mercat ni en
varios teatros donde lo hemos ofrecido.
¿En
qué momento te encuentras con el Ballet de Hamburgo?
He
estado siempre aquí y estoy muy contento, me siento valorado y a la
vez tengo libertad total siempre que no interfiera en la marcha de la
compañía y si en alguna gala bailo repertorio de John (Neumeier)
pido permiso y ya está.
El
hecho de ser solista no implica tener más días libres, bailamos
todos mucho. Él, al ser un creador, no sigue la jerarquía, sí que
hay oportunidades más interesantes para los principales y solistas,
pero no es estricto, todos bailan mucho en el Hamburg Ballet. Él lo
que cree que es mejor para ese ballet, lo hace, eligiendo siempre a
quienes pueden aportar más al rol en cuestión.
Aleix en Napoli. Foto: Holger Badekov |
¿Bailáis
también trabajos de otros coreógrafos?
Pocos.
Este año hemos hecho Onegin de Cranko y hace unas temporadas varias
piezas de Jerome Robbins, pero un 90 % del repertorio es de Neumeier.
Este año se programó Tatiana, su versión de Onegin y consideró
interesante que se vieran ambas versiones, así que por eso hicimos
la de Cranko.
Una
forma también de que el público vaya conociendo más sobre ballet
¿no?
Sí,
en Hamburgo la afición es brutal, se sigue la compañía con
entusiasmo, hacemos muchas funciones y siempre llenamos, el público
es muy agradecido y sigue a la compañía con devoción. Piensa que
hace 42 años que John está allí y la gente se siente muy orgullosa
de tenerle. Él, por su parte, sábados y domingos también organiza
programas didácticos, clases, ensayos abiertos al público. Es un
trabajo muy consistente e interesante que el público sigue con
expectación y que es fundamental para ir creando afición y una
afición entendida.
En
Alemania la danza se vive de forma totalmente distinta a España ¿no
es así?
Absolutamente.
En general Alemania es otro mundo, cada ciudad tiene su compañía
más grande o más pequeña, de diferentes estilos, pueblos pequeños
ya tienen su compañía de danza, a lo mejor de sólo diez bailarines
pero ellos forman parte de la vida cultural y actúan en su teatro,
con su orquesta... como ves ¡es otro mundo!
He
visto que últimamente bailasteis en Omán ¿Cual fue el repertorio
presentado allí?
Efectivamente,
estuvimos allí y fue muy interesante ya que como cultura ¡es tan
distinta a la nuestra! Viendo el espectáculo había poca gente
local, mucho europeo que está afincado allí y turistas. Hay mucha
diferencia de nivel de vida, así que pocos locales podían
permitirse pagar la entrada. Era una pena que la mayoría de la gente
de allí no pudiera acceder. Estuvimos seis días. El teatro era un
palacio cedido por el sultán. Hicimos Cascanueces pero tuvo que
pasar la censura y nos obligaron a cambiar algunas cosas. No podíamos
brindar porque se presuponía que había alcohol. Tuvimos que hacer
cambios en el vestuario, subir escotes, tapar torsos, incluso las
estatuas del decorado por muy angelicales que fueran, hubo que
colocarles hojas en puntos estratégicos. Para ellos no era un
inocente ballet familiar.
Como
ciudad no es muy interesante ya que está aún en construcción, pero
tuvimos tiempo para visitarla y también para hacer alguna excursión
por los alrededores, lo que se agradece.
Aleix en Messias de John Neumeier. Foto: Markus Renner |
Este
año no ha habido ningún candidato español en Lausanne pero después
de ti, otros dos catalanes, Sonia Vinograd (ahora en el ballet de la
Ópera de Dresden pero que deja para incorporarse a la compañía de
Oslo) y David Navarro Yudes (bailarín en el Royal Ballet de
Londres), han obtenido beca. ¿Sigues el concurso?
De
vez en cuando, no cada año, pero sí que intento saber qué pasa.
Fue una experiencia muy enriquecedora, independientemente de si ganas
o no, es importatisimo participar ya que es un escaparate para darte
a conocer a compañías y maestros. Ver la energía y el sacrificio
de la gente de todo el mundo, es enriquecedor. En general es una gran
oportunidad y fue muy bonito.
Gracias
a él, yo no he tenido además que vivir la experiencia a veces
frustrante de las audiciones. No quiero decir con esto que lo haya
tenido fácil, ya que el trabajo ha sido duro y está ahí, pero sí
que fui a Lausanne y allí estaba Neumeier director de mi compañía
preferida e inmediatamente tuve la puerta abierta y pude entrar sin
problema.
Se
dice que en Cataluña no hay tradición ¿tú qué opinas?
Pues
que en Cataluña somos una fábrica de bailarines, pero esa cantera
tiene que salir forzosamente para saber qué hay fuera y para poder
bailar. No tienen otra opción. Y eso que hubo una compañía muy
importante en el Liceu en la época del Maestro Magriñá, pero
apenas si perdura su memoria y eso que me parece indispensable saber
de donde venimos. Hay que recuperar esa historia, hay muchos maestros
que salieron de allí, yo mismo me formé con David Campos, ex
bailarín del Ballet del Liceu aunque ya en sus últimos años.
¿Cuáles
son tus planes para el futuro?
Pues
además de lo que te he comentado del estreno en Collbató y la
Bayadère en Kuala Lumpur está el estreno en la MARS Gallery de
Melbourne, Australia, de la exposición de la serie de fotografías
sobre Nijisnky que me hizo la
fotógrafa Kate Baker (más información y fotos aquí).
La
idea principal fue capturar la esencia de cada personaje, con diez
fotografías. Fue un trabajo de documentación muy lento a través de
la búsqueda y de consultar la casa-museo de John Neumeier que posee
tanta información sobre Nijinsky: objetos, carteles, cartas, etc,...
A partir de ahí me sometí a una transformación personal
convirtiéndome en cada uno de los personajes que fueron captados a
través del ojo de la fotógrafa. Se trató de un trabajo totalmente
artesanal con cámara y revelado tradicionales y el resultado son una
serie de fotos en blanco y negro muy potentes.
En
la inauguración daré vida a las fotografías con una actuación en
directo y luego habrá un debate abierto sobre Nijinsky, este trabajo
fotográfico y sobre el proceso creativo. También me han pedido que
hable un poco sobre mi trabajo como coreógrafo y contaré para ello
con la música de la compositora Petra Salsjo. Todo muy interesante.
Aleix Nijinsky. Foto Kate Baker |
Una
vez allí también tengo previsto trabajar con alguna compañía con
la que existe algún proyecto de colaboración como coreógrafo.
Y
luego de vuelta a Europa y unos días de descanso en el Empordà, en
Pals, en mi querida Costa Brava. Necesito esos días de relax y
descanso allí, encontrarme con mis raíces, empaparme del aroma del
Mediterráneo, oír música, descubrir cosas nuevas que estando en
Hamburgo no me llegan. Por ejemplo el año pasado me cautivó la voz
y la música de Silvia Pérez Cruz, contacté con ella y me cedió su
música sin ningún problema para hacer una coreografía que
presenté en Alemania con mucho éxito. Son mis raíces, mi principal
fuente de inspiración, ellas y la naturaleza que me ha visto crecer.
Gaudi lo decía y para mí también es así.
Esa
pìeza tuvo muchísimo éxito, estoy pensando el año próximo hacer
otra vez algo con su música, una música que ofrece muchas
posibilidades ya que es muy difícil de clasificar. Me inspira mucho
últimamente.
Bueno
y sobre el espectáculo que veremos dentro de unas horas ¿qué
puedes contarnos?
Pues
es una obra de las primeras que hizo John en Hamburgo y aunque la
bailamos hace unos tres años, no solemos programarla mucho. Hoy la
veréis con música grabada ya que sólo una vez se hizo con orquesta
porque es casi imposible hacerlo con música en directo. Seria
carísimo porque Mahler fuerza mucho los instrumentos y hay mucha
tensión en la música y si no está muy ensayado puede salir un
desastre. Pero es un ballet magnífico en el que además hay muchos
chicos, lo cual para mi está muy bien ya que siempre suele ser lo
contrario y eso con John no pasa, él da mucho protagonismo al
bailarín hombre. Estoy convencido de que disfrutaréis mucho. ¡Os
espero a la salida y me contáis!
Aquí,
en Venecia, la compañía ya estuvo en 2007 con «Muerte en Venecia»
pero yo aún no estaba con ellos ya que me incorporé en 2008.
Son
las 16:30 así que nos despedimos, él debe prepararse y nosotros ya
aprovechamos para visitar los alrededores del teatro esperando la
hora en que empiece la función en la Fenice. Una función que por
cierto nos encantó y cuya crónica publicamos en Ballet y más aquí
Entrevista realizada en La Fenice – Venecia – el 17 de Julio 2015