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lunes, 27 de abril de 2020

Federico Fresi, un mañico en La Scala de Milán

Fotografiado a las afueras de Milán por Raoul Lacometi

Nació en Italia, pero vivió muchos años en Zaragoza y alguno en Madrid, así es que además de italiano, se considera "mañico". Desde 2014, Federico Fresi tiene la categoría de solista en el Ballet de La Scala de Milán. En esta ciudad italiana vive, en compañía de su madre, el confinamiento obligado por el Covid-19

Lola Ramírez
Durante algún tiempo Federico Fresi, hoy solista de La Scala de Milán, fue junto a Joan Salas y Mireia Facal (todos ellos bailarines en la compañía Arte 369, dirigida por María Giménez), mi vecino del quinto. Los tres vivían en un amplio y luminoso piso dos plantas más arriba del mío y de vez en cuando compartíamos cenas, ilusiones y entrevistas. Fue una época preciosa, en la que la ilusión de la recién nacida compañía de María Giménez nos hacía creer que España iba a tener una nueva y estable compañía de ballet clásico. ¡Qué ilusos!

El sueño no duró mucho,  pero sí lo suficiente para que Arte 369 produjera tres grandes obras de ballet clásico: Giselle, Cascanueces y Don Quijote. Federico fue el protagonista de Cascanueces y la verdad es que ya por aquellos entonces se vislumbraba como un bailarín de carácter. Y además, el tiempo lo diría, un hombre de suerte.

“La verdad es que pasó todo muy rápido —recuerda él—. Durante unas vacaciones en Enero de 2008 fui a hacer una audición a la Scala de Milán y me cogieron, pero sin fecha. Así es que me volví a Madrid. Un día, en la compañía de la señora Giménez, donde estaba trabajando, nos dijeron que por problemas económicos iban a cerrar y, casualmente, ese mismo día por la tarde me llamaron desde Milán para decirme si podía presentarme en la compañía para empezar a trabajar tres días después. No podía creérmelo”.
Entrenando

Ahora a Federico, como a muchos ciudadanos del mundo, la suerte le está driblando. Él vive en uno de los focos más agresivos del Covid-19: Milán. "Aquí todo empezó a mediados de febrero. La compañía cerró el 26 y la cuarentena empezó el 6 de marzo, así que llevo casi 50 días en casa, pero por suerte la situación está mejorando y el 4 de Mayo deberíamos empezar a salir con precaución”

En forma total
- Perdona la indiscreción. ¿Vives esta situación en solitario o tienes compañía?
- Estoy pasando la cuarentena en casa con mi madre

- ¿Has sentido o sientes miedo?
- No, miedo no. Pero claro, no fue divertido saber que estaba viviendo a unos cuarenta kilómetros del pueblo donde empezó a propagarse la enfermedad en Italia, y por supuesto llegó fuerte también en Milán. Por eso decidimos, mi madre y yo, salir lo menos posible de casa. La compra la hacemos online y salimos a dar un paseo cerca de casa muy de vez en cuando. Mejor no arriesgarse.

- ¿Cómo es un día tuyo en estas circunstancias? ¿Qué haces a lo largo de las 24 horas del día?
- Al principio me tomé todo como unas “vacaciones”, no es que hiciera mucho, la verdad. Pero después empecé a hacer ejercicios. Por la mañana hago mi clase, compré un linóleo como los que tenemos en la compañía porque los primeros días no conseguía hacer nada con el parqué en casa. Después hago un poco de workout para no perder la resistencia. Y por la tarde, libre. Miro Netflix, juego a la Playstation, a veces tomo cervezas online con mis amigos. Intento no aburrirme, aunque a veces es difícil.

- ¿Has descubierto alguna afición o talento desconocido? ¿Eres cocinillas? ¿Cocinas a la italiana o llamas al Telepizza para que te traigan algo comestible?
- Me gusta cocinar, pero por suerte está mi madre, así que estoy comiendo muy muy bien.

- ¿En qué situación laboral te encuentras?
- Yo tengo la enorme suerte de tener contrato indefinido con la Scala. En estos últimos meses he cobrado el 100% de mi sueldo, pero a partir del próximo creo que va a ser del 70%. Me considero muy afortunado respecto a millones de personas en Italia que, por culpa de esta situación, no consiguen ni siquiera llegar a fin de mes.

- Ponme un poco al día. ¿Ya eres solista? ¿Desde cuándo?
- Sí, lo soy desde abril de 2014. Fue muy emocionante cuando pasó. Y el año siguiente fui contratado por Boston Ballet como First Solist. Estuve allí un par de años y luego, por el contrato que tengo en la Scala, tuve que volver. Una experiencia inolvidable.

- Tú eres italiano, estás en tu tierra. En cualquier caso, ¿echas de menos algo de España? ¿Qué?
- Echo muchísimo de menos España. La comida, la gente, la alegría que hay allí no se encuentra fácilmente. He vivido en Zaragoza durante muchos años y luego en Madrid, así que me considero mitad italiano y mitad español , "mañico".

- ¿Cómo ves el futuro? ¿Tienes momentos de desaliento o crees que esto pasará más pronto que tarde?
- Seguramente va ser muy diferente de cómo lo conocíamos. Pasará tiempo hasta que se pueda volver a vivir como antes del coronavirus. En unos días, en Italia volverán a abrir tiendas y la gente podrá volver a dejar sus casas, pero creo que tendremos que empezar a saber coexistir con el virus porque no va a desaparecer mañana.

- ¿Os permiten salir a hacer algo de ejercicio? Aquí estamos encarcelados. Si a alguien se le ocurre ir a pasear por un lugar solitario y le ve alguien desde su casa, la gente se chiva. Es un horror. ¿Ahí es tan rígida la cosa? 
- Igual aquí. No se puede salir para hacer ejercicio, sólo para sacar el perro, hacer la compra u otros motivos importantes. El pasatiempos favorito aquí al principio era estar en el balcón para primero insultar todos los que veías hacer jogging o pasear  2 horas con el perro y luego, a las 18h, empezar a poner música y aplaudir. Hasta que la gente empezó a aburrirse de eso también.
Con Camila Cerulli

- ¿Qué espectáculo teníais previsto cuando te pilló la encerrona? 
- Teníamos un estreno mundial de Mauro Bigonzetti, coreógrafo italiano. El ballet se llama Madina y está inspirado en el libro de Emmanuelle de Villepin “La ragazza che non voleva morire”. Ha sido todo aplazado a la próxima temporada.

- El sector en el que te mueves es el más afectado, como en general todo lo que afecta a la cultura. ¿Te preocupa que se tarde mucho en abrir teatros? ¿Se te ocurre de qué manera se podrían abrir los teatros sin exponer a la gente a más contagios?
- Estoy muy preocupado, porque los teatros aquí van a ser los últimos en abrir, quizás en Septiembre. Y hasta entonces no sabemos mucho de lo que va a pasar, y esto también para las escuelas de ballet. De seguir así muchas cerrarán. Va a ser un golpe muy duro para el ballet mundial. Una idea sería hacer espectáculos en streaming, pasarlos en televisión, algunos gratis y otros con una subscripción. Así los teatros podrían volver a ganar algo de dinero y la gente podría volver a ver ópera o ballet.

- ¿Qué reflexión te inspira toda esta situación? ¿Crees que en alguna medida los ciudadanos somos culpables de lo que está sucediendo?
- Seguramente habrá que cuidar más el planeta. Culpables del coronavirus no creo, pero es bonito ver cómo en estos dos meses encerrados en casa, la tierra ha vuelto a respirar. Ciudades menos contaminadas, animales que vuelven a su hábitat después de años, mares más limpios. Sería bonito que esto siguiera también cuando todo vuelva a la normalidad.

- ¿Te da miedo la vuelta al trabajo? El ballet es muy físico, el contacto con la gente muy estrecho. ¿Te ves bailando con mascarilla? 
- Bueno, las hay muy bonitas. Yo hice una vez una producción de Romeo y Julieta para la Comunidad de Madrid y compré unas chulísimas. Me da miedo volver y estar fuera de forma, más que el contacto con otras personas. A veces me imagino cómo será el día en que podamos volver a entrar en el teatro. Seguramente va ser emocionante, apreciar más las cosas que antes dábamos por ciertas. Va a ser muy raro bailar con mascarilla y guantes, espero no desmayarme mientras bailo con la boca tapada.

Biografía Federico Fresi:

"Nací en Turín, Italia. A los 10 años con mis padres, los dos italianos, nos fuimos a vivir a Menorca, por motivos de trabajo. Empezó a enseñarme ballet mi madre a los 13 años, antes yo jugaba a fútbol. A los 14 fui al concurso de Torrelavega, y María de Avila me dio una beca de estudios para su escuela en Zaragoza. Estuve allí hasta los 17 años. A los 18 conseguí mi primer trabajo en el English National Ballet, estuve allí un año. Después empecé a trabajar en Arte 369 con María Giménez, el primer año como solista, el segundo como principal.
En el 2008 me fui a la Scala, y en el 2014 me ascendieron a solista. En el 2015 me fui dos años como first soloist al Boston Ballet.