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jueves, 12 de septiembre de 2019

Joaquín De Luz: “Sin adversidad no existe la vida”

El nuevo Director de la CND en la sede de la compañía (Foto: L.R.)
Fue alumno e integrante de la Escuela y el Ballet de Víctor Ullate. A los 19 años dejó San Fernando de Henares, su pueblo natal, para embarcarse en la aventura americana. Durante veintitrés años bailó en compañías tan prestigiosas como el American Ballet Theatre o el New York City Ballet. Ahora es el nuevo director de la Compañía Nacional de Danza.

Lola Ramírez
Hace un año, Joaquín De Luz decidió que había llegado el momento de colgar las zapatillas y enfocar su profesión de bailarín desde otra perspectiva.La verdad es que tenía un poco de miedo. Isadora Duncan decía que el bailarín muere dos veces porque más que una profesión, la danza es un modo de vivir, y ella decía que dejar los escenarios era un poco una forma de morir. No sabía cómo me iba a afectar, ha sido un principio sin guión, no tenía un plan concreto y me ha ayudado mucho a reconducir mi mente y cuando llegó esto me encontré bastante preparado.

En algún momento has afirmado que te encontraste una Compañía Nacional de Danza mejor de lo que esperabas.
Bueno, cuando José Carlos Martínez cogió la compañía se encontró como con un juguete roto porque antes de él estaba Nacho Duato, con quien los bailarines hacían únicamente el repertorio de él, eran bailarines específicos para ese tipo de danza, nada más. Cuando José Carlos cogió el barco quiso cambiar y reconducir el estilo de la compañía y se encontró con unos bailarines que sólo podían hacer un lenguaje, entonces él incorporó a bailarines más clásicos y durante bastante tiempo había como dos compañías separadas. Cuando dije que me la encontré mejor me refiero a que ya estaba bastante unificada, la mayoría de los bailarines puede hacer un amplio abanico de estilos.

Tengo la sensación de que era un director muy querido. ¿No es difícil sustituir a alguien tan apreciado? 
No sé si seré tan querido como él, pero de momento me he sentido muy arropado. La gente tiene muchas ganas y están a la altura de mis ganas, siento que quieren que la CND llegue todavía más alto y mucho más.

¿Qué ambiciones tienes para la compañía? ¿Qué te apetece hacer que todavía no se haya hecho?
Ambiciones todas, tengo la ambición de girar por Rusia, de estar en el Lincoln Center, ... Las ambiciones son muchas y el listón muy alto, pero yo siempre he sido así, siempre he puesto el listón muy alto. Casi siempre he llegado cerca y a veces lo he traspasado.

Soñar con la utopía aunque nunca se pueda alcanzar, ¿no?
Es que es la base del perfeccionismo. Nunca voy a parar. Yo he sido siempre una persona muy inquieta y me ha servido de mucho la dirección que ha llevado mi vida. En lo que se refiere a la compañía quiero que sigamos creciendo, en tamaño, en prestigio y en calidad artística, que vayamos cada vez a mejores plazas y que tengamos presencia internacional y sobre todo que tenga una identidad propia, que cuando alguien vea a la CND en dos minutos sepa que se trata de esta compañía, que es lo que pasaba con Nacho Duato.

¿Cuentas con medios suficientes para llegar a donde aspiras?
No, pero estoy aprendiendo en modo exprés. La administración pública no nos valora y el apoyo no es suficiente, pero no porque los artistas digamos que no es suficiente. Te voy a dar un dato que lo aclara: el presupuesto anual que tengo para repertorio es el que tenía yo en el New York City Ballet para puntas.La danza dentro de la cultura siempre se ha quedado muy atrás y el presupuesto muy descompensado para el nivel de talento que tenemos y el hambre de danza que tiene el público.

He oído que quieres dar cabida a otro tipo de danzas.
Una compañía nacional tiene que tener el abanico más extendido, no voy a hacer hip hop ni jotas, pero sí que voy a utilizar la influencia de la danza española; voy a hacer clásico, neoclásico, contemporáneo, nueva creación y tendencias vanguardistas, porque se trata de una compañía pagada con dinero público y es la única que tenemos junto con el Ballet Nacional. El BNE toca todas las ramas de la danza española y nosotros tenemos que tocar todas las ramas del ballet.

En 2009 recibiste el Benois de la Danza y en 2016 el Premio Nacional de Danza. ¿Qué es lo que motiva a un bailarín que está en su mejor momento a dejar la danza? 
Lo primero que me viene a la mente es la palabra respeto. El respeto que tengo por esta profesión es más fuerte que el deseo de seguir bailando, el respeto al público, el respeto a mis compañeros, al teatro maravilloso donde bailaba. Yo soy partidario de retirarse a tiempo. La gente a veces apura un poco y yo no quería que llegar a ese momento por respeto.
Con Megan Fairchild, una de sus partenaires favoritas en el New York City Ballet



Quizás también por respeto, en este caso a su empresa, o simplemente por discreción no quiere darme el título de la nueva producción de clásico que se propone introducir en el repertorio de la compañía. Mi intención es hacer una gran producción de un gran ballet clásico para 2020. No puedo darte el titulo todavía, pero se va a quedar en repertorio. A partir de ahí mi intención es alquilar los ballets clásicos que se hagan, porque con la subvención que tenemos resulta muy costoso hacer cada año una producción nueva".

¿Qué obra es la que más te ha gustado como intérprete?
En vez de la que más me ha gustado, te voy a decir la que más me ha frustrado, El hijo pródigo. Es un poco irónico porque ahora mismo soy el hijo pródigo que vuelve a casa, a mi país, con una responsabilidad importante. Es una pieza de Balanchine, pero siempre ha sido una obra que me ha exigido muchísimo y nunca he estado contento con ella. La última vez que la hice, casi. Yo creo que lo más maravilloso es sentirte retado en esta vida y más como artista. Sin adversidad no existe la vida. La gente que vive en una burbuja en la que todo es maravilloso, no evoluciona lo que podía evolucionar.

Te fuiste de España con 19 años. De San Fernando de Henares a Filadelfia¿Cómo viviste esa experiencia?
Fue muy duro, no te voy a mentir. No hablaba el idioma, estaba sin mi familia, sin mis amigos, sin mi entorno, solo. Cuando vienes de un pueblo es más difícil porque en un pueblo conoces a tus vecinos, a todo el mundo, es una forma de vivir que no tiene nada que ver con Filadelfia o Nueva York. Era muy raro todo, a las 6 de la tarde no había gente en la calle, era un schock, pero eso me ayudó. La adversidad te pone las pilas, haces lo que tienes que hacer y punto. A mí me ayudó a canalizar mi frustración, mi inquietud y mis miedos y ponerlo todo al servicio del arte que me había impuesto.

Y si miras para atrás, ¿qué dirías que te ha robado la danza? 
Es que si digo que me ha robado se entendería que me arrepentiría y no es eso. Claro que siempre hay que pagar un peaje, el mío ha sidoestar años lejos de mi familia, cuando me fui un primo mío no había nacido, me perdí mucho, cierto, pero me ha dado muchísimo, mucha sabiduría de cómo vivir. La disciplina, la tenacidad, te enseña muchísimo. Viajar, viajar es maravilloso. Y sobre todo, cómo hablarte a ti mismo. Hay días que no te puedes levantar de la cama físicamente y eso te da una fortaleza porque te levantas y lo haces, tienes que ir a bailar y bailas. Es una educación como otra carrera, como otra vida, pero muy intenso todo.

Debe ser durísimo bailar con dolor.
Las lesiones están ahí, son gran parte de lo que hacemos, es el juez más frío y calculador que tenemos y nos enseña muchísimo, nos enseña a cambiar, nos enseña que no somos intocables, es un maestro muy, muy bueno. Es lo que te decía antes sin adversidad no se progresa. 

¿Estás seguro de que no vas a volver a bailar?
No estoy seguro, no voy a decir cien por cien que no voy a volver a bailar. No es mi intención por lo menos con la compañía, si intervengo en algo será por bien de la CND, como todo lo que voy a hacer, pero no es porque se me haya quedado una espina, estoy muy contento con todo lo que hecho.

Con motivo del 20 Aniversario de la muerte de Nureyev, bailaste La Silfidecon su traje y creo que te quedaba perfecto.
Si, la verdad es que no pensé que pudiéramos tener la misma talla. Mientras que con Barysnikov sabía que éramos muy parecidos de talla, con Nureyev no pensé que compartiéramos tanto. La verdad es que fue muy especial bailar con el traje de un icono de la danza, alguien que para todos los bailarines ha abierto muchas puertas.

¿Con qué parejas de baile te has sentido mejor?
He tenido varias con las que he conectado muchísimo. Mi pareja más habitual en el NYC es una chica que se llama Megan Fairchild. Era con la que más bailaba y tenemos una conexión de relojería suiza, yo sabía todo lo que iba a pasar y aunque ensayáramos lo mínimo todo iba a salir perfecto. Y luego, otra partenaire que tenía en el NYC es Tyler Peck, que es una bailarina increíble y con ella tengo mucha química en el escenario y una conexión más natural. Y la tercera es María Kotchekova, que es con la que hice aquí El Quijote; bailaba mucho con ella fuera de la compañía y nos compenetramos muy bien. 

Debe ser una pasada vivir de algo que te apasiona tanto
Ya lo creo, el otro día venía en el metro, era el primer día de trabajo, veía a la gente y me preguntaba, ¿esta gente amará lo que hace o van con la bola a rastras al trabajo otra vez? Yo esto nunca lo he considerado un trabajo. He sido afortunado en que he podido vivir de lo que amo. Por eso, cuando yo era un niño y no podía salir con mis amigos o irme de excursión o jugar al futbol –bueno, al fútbol sí que he jugado porque soy muy deportista y me encanta-, pero bueno había cosas que no podía hacer y me tenía que quedar en casa, pero eso no es un sacrificio, es una bendición. 

Para terminar dime quienes son tus ídolos
Barysnikov (por él elegí el mundo de la danza), Antonio Gades y Rafa Nadal.